Las expectativas son las primeras causantes de frustración, de
desenamoramiento, de desilusión… En fin, son los factores menos
productivos que podemos considerar para considerar una relación con una
pareja, para darnos paso a una nueva oportunidad o para permitir que
nuestra relación crezca y se desarrolle dentro de la armonía y el amor.
Definitivamente debemos tomar en consideración ciertos aspectos que
tendrán que ver con nuestros principios al momento de entablar o
continuar una relación, pero estos deberían estar básicamente asociados a
nuestros valores o a cualquier cosa que no seamos capaces de negociar…
Por ejemplo de no resistir una persona que sea atea, puede ser muy mala
idea establecer un vínculo con una persona que no crea en Dios, o si
dentro de nuestros principios se encuentra la fidelidad como parte del
respeto y compromiso, puede resultar desastrosa una relación con una
persona que sea un tanto libertina en ese sentido.
Pero irnos más allá, irnos al detalle, a cómo específicamente
queremos que sea físicamente una persona, cuántos idiomas queremos que
hable, qué queremos que nos diga en la mañana o luego de hacer el amor,
cómo queremos que se comporte en una reunión familiar, qué tipo de
música escuche o cuánto debe ser su aporte en la casa, nos hace
fácilmente acortar nuestras posibilidades de éxito en el amor, nos hace
sentirnos frustrados, porque muy probablemente no sea exactamente como
esperamos…
Las personas no se miden a través de una lista de chequeo, si
sentimos química por una persona y las condiciones están dadas, lo
básico está allí, podemos darnos la oportunidad de conocer a esa persona
y que el amor nos sorprenda con unas características no buscamos, con
acciones que nos llenan de brillo la mirada, con el descubrimiento de
otro ser lleno de cualidades… y obviamente de defectos, pero que quizás
estos pesen menos.
Liberarnos de expectativas nos permite ver a nuestro alrededor sin
filtro, viendo a las personas cómo son y no cómo nos gustaría que
fuesen… Es común escuchar: bueno no estamos bien, pero él/ella tiene mucho potencial,
qué quiere decir esto exactamente? Que estamos esperando que esa
persona se transforme en lo que nosotros queremos que sea… Y por fortuna
o por desgracia, esto generalmente no ocurre.
Enamorarse de una persona tal cual es, con lo bueno y con lo malo es
lo más cercano a la perfección… Es reconocer en el ser amado su
condición humana y valorarlo como es. La lista de chequeo lastima a
quien la lleva y a quien se cruza en su camino y pretende una relación
con el portador. Si bien es cierto que algunas veces somos muy
afortunados cuando nos relacionamos con personas que resultan muy
cercanas a lo que queremos, es más cierto aún que cuando no esperamos
algo específico, una conducta, una acción o una reacción, nos enamoramos
de una forma más realista, más sincera, menos estresante y menos
frustrante.
Déjate amar, vive lo que las personas tienen para ofrecerte, date de
la oportunidad sin prejuicios, sin limitaciones autoimpuestas, aligera
tu equipaje, que quizás sea mucho mejor de lo que pudieses esperar.
Cuando las expectativas de uno se reducen a cero, uno aprecia realmente todo lo que tiene. ― Stephen Hawking
Por lo general cuando amamos a alguien, tenemos expectativas de lo que
esa persona y esa relación nos aportarán, cómo será, cómo nos
sentiremos, qué podremos hacer juntos, etc. Y cuando sentimos que esas
expectativas no se cubren, comenzamos a sentirnos insatisfechos a nivel
emocional.
La realidad es que es sano tener expectativas, pero cuando éstas son
demasiadas o desmedidas, nos aleja del amor y nos acerca al sufrimiento y
a la frustración.
Cuando tenemos demasiadas expectativas sobre algo, no damos
oportunidad a que las características o cualidades de la otra persona
llenen nuestros espacios, porque estamos esperando algo determinado y
cualquier cosa diferente a eso, aún siendo positiva, tendrá una
desviación para nosotros que se convertirá en insatisfacción. Cuando el
número de expectativas que tenemos es excesivo, evidentemente corremos
el riesgo de que nadie logre cubrirlas y eso se traduzca en frustración y
en desánimo ante el amor.
Nuestras expectativas no deberían ir más allá de nuestros principios,
de las cosas que de no ser así, sencillamente no estaremos dispuestos a
negociar. Algunos ejemplos de expectativas inocuas: que mi pareja
quiera tener hijos dentro su proyecto de vida, que mi pareja sea de
alguna religión, que mi pareja sea heterosexual, que mi pareja sea fiel,
que mi pareja sea atento y cariñoso… Expectativas de este tipo son
sanas y nos dan un primer filtro al momento de decidir con quién
queremos compartir a nivel amoroso.
Ir más allá de lo básico que por sentido común nos da nuestros
valores nos limita al momento de escoger una pareja o permanecer con
ella en el tiempo.
Dices que tienes corazón, y solo lo dices porque sientes sus latidos;
eso no es corazón… Es una máquina que al compás que se mueve hace ruido
―Gustavo Adolfo Bécquer
Pretender que nos amen de una manera determinada es un error
que hace que nos convirtamos en personas que no aprecian o valoran la
esencia del otro, en esclavos de una búsqueda constante de
coincidencias e inclusive podríamos terminar haciendo matrices
gerenciales o check lists asociados a la persona que nos interesa.
Obviamente estamos hablando dentro de condiciones y parámetros
normales, se excluye cualquier situación que vaya de forma franca en
contra de nuestra persona, nuestra autoestima o nuestro desarrollo, por
ejemplo: No aplica aceptar cosas como te lastimo porque te amo, te soy
infiel, pero te amo.
Dale oportunidad a tu pareja de enamorarte por lo que es,
más de por lo que tú esperas, conversa con la persona que te interesa
acerca de qué esperas de tu relación, sin presionarlo, no intentes
cambiar a nadie, no funciona. Permite que el amor toque a tu puerta sin
darle un mapa con miles de señales, semáforos e instructivos de por
dónde y cómo debe avanzar. No cuestionemos la forma de amar de nadie,
que cuando es amor verdadero, seguramente nos hará bien. Esto nos
permitirá sentirnos en plenitud en la relación, sin frustraciones y
seguramente gratamente sorprendidos.