El Silencio Es Mucho Más Importante Para Nuestros Cerebros De Lo Que Pensamos

17 de enero de 2018

En el 2011, la cámara de turismo de Finlandia llevó a cabo una campaña que presentaba el silencio como un “producto” comerciable.

Su objetivo era el promover que las personas viniesen a Finlandia a experimentar la belleza de está tierra silenciosa.

Ellos crearon una serie de fotografías de figuras en la naturaleza y utilizaron el slogan “silencio, por favor”.

Una línea adicional fue aportada por Simon Anholt, un consultor internacional de branding, “no hablar, actuar”.

Eva Kiviranta, el gerente de medios sociales para VisitFinland.com dijo: “Decidimos que en lugar de decir que está verdaderamente vacío y tranquilo y que nadie está hablando al respecto de nada aquí, abrazaríamos el concepto y lo haríamos algo bueno”.

Finlandia puede estar en la vía para hacer algo muy grande. Podrías estar viendo los principios de el uso de el silencio como un producto vendible. Puesto que el silencio se está volviendo cada vez más escaso y por ende, atractivo.

Conforme el mundo se torna más ruidoso y saturado, puede ser que te encuentres buscando el descanso que los lugares silenciosos y el silencio mismo pueden ofrecer. Este puede ser un movimiento sabio, puesto que el silencio está probando ser más importante de lo que se pensaba.

Un estudio realizado en ratones en el 2013 publicado en la revista “Cerebro, Estructura y Función” utilizó diferentes combinaciones de sonido y silencio mientras monitoreaban el efecto tanto del sonido como del silencio en sus cerebros.

El silencio estaba originalmente destinado a ser el “estado de control” en el estudio, pero lo que descubrieron fue sorprendente. Cuando los ratones eran expuestos a dos horas de silencio al dia desarrollaron nuevas células en el hipocampo. El hipocampo es una región del cerebro asociada con la memoria, las emociones y el aprendizaje.

El crecimiento de nuevas células en el cerebro, no necesariamente se traduce en beneficios tangibles de salud. Sin embargo, en está instancia, el investigador Imke Kirste afirma que las células parecieron convertirse en neuronas funcionales.

“Observamos que el silencio realmente ayuda a las células nuevas a diferenciarse como neuronas así como a integrarse al sistema”

El cerebro está internalizando y evaluando información de forma activa durante el silencio.
Un estudio del 2001 definió un “modo default” de una función cerebral que mostró que inclusive cuando el cerebro está “descansando” este no dejaba de internalizar y evaluar información.

Investigaciones de seguimiento encontraron que el modo default también es utilizado durante el proceso de reflexión. En el 2013, en “Fronteras en la neurociencia humana” Joseph Moran escribió:

La red de modo default del cerebro “Es más fácilmente observada durante la tarea psicológica de reflexionar al respecto de la personalidad y características propias (Reflexión Introspectiva), que en otros procesos como lo puede ser el de el auto reconocimiento, o pensar en el concepto de uno mismo, o  cuando se piensa en la autoestima por ejemplo “

Cuando el cerebro descansa, es capaz de integrar información externa e interna en un “espacio de trabajo consciente” dijeron Moran y sus colegas.

Cuando no estás distraído por el ruido o las tareas orientadas a objetivos, aparece un tiempo tranquilo que le permite a tu espacio de trabajo consciente el procesar las cosas. Durante estos periodos de silencio, tu cerebro tiene la libertad que necesita para descubrir su lugar en tu mundo interno o externo.

El modo default te ayuda a pensar al respecto de cosas profundas de una forma imaginativa.

Como Herman Melville escribió una vez “Todas las cosas y emociones profundas son precedidas y atendidas por el silencio.”

El silencio reduce el estrés y la tensión. 

Ha sido descubierto que el ruido puede tener un efecto físico profundo en en nuestros cerebros, resultando en elevados niveles de la hormona del estrés. Las ondas de sonido alcanzan el cerebro vía señales eléctricas por vía del oído. El cuerpo reacciona a estas señales inclusive si está durmiendo.

Es pensado que la constante activación de la amígdala cerebral, (localizada en los lóbulos temporales del cerebro) que normalmente se asocia con la formación de la memoria y emociones, provoca la liberación de una gran cantidad de hormonas del estrés. De forma que si vives en un entorno ruidoso, es probable que experimentes altos niveles de estrés de forma crónica.

Un estudio publicado en el 2002 en la revista “Ciencia psicológica” (Vol13 No. 9) examinó los efectos que la relocalización del aeropuerto de Munich tuvo en la salud física y mental de los niños de la zona.

Gary W. Evans, un profesor de ecología en la Universidad de Cornell escribe que los niños son expuestos al ruido desarrollan una respuesta de estrés que los lleva a ignorar el sonido.

Lo que es interesante es que estos niños no sólo ignoraban el estímulo dañino, sino que también ignoraron estímulos a los que tenían que prestar atención, como el habla.

“Este estudio se encuentra entre los más fuertes, probablemente la prueba más clara de que el ruido, inclusive a niveles que no causa daño físico, causa estrés y es dañino para los humanos” Evans Afirma

El silencio parece tener el efecto opuesto en el cerebro. Mientras que el sonido puede causar estrés, el silencio permite que el cerebro libere la tensión acumulada. Un estudio publicado en la revista “Corazón” descubrió que dos minutos de silencio pueden ser más relajantes que escuchar “música relajante”. Ellos basan estos datos en cambios percibidos de la presión sanguínea y circulación de sangre al cerebro.

El silencio renueva nuestros recursos cognitivos

El efecto que la contaminación auditiva puede tener en tareas cognitivas ha sido extensivamente estudiado. Se ha descubierto que el ruido afecta negativamente el desempeño de tareas tanto en el trabajo como en la escuela.

También puede ser la causa de motivación reducida, y de un incremento en los errores cometidos. Las funciones cognitivas más fuertemente afectadas por el ruido son la atención lectora, la memoria y la capacidad para resolver problemas.

Los estudios también concluyeron que cuando las casas o escuelas de los niños se encuentran bajo rutas aéreas, trenes o autopistas, estos logran calificaciones más bajas y son más lentos en el desarrollo de sus habilidades cognitivas y de lenguaje.

Pero no todo son malas noticias. Es posible para el cerebro el restaurar su finita capacidad cognitiva. De acuerdo con la teoría de la restauración de la atención, cuando te encuentras en un ambiente con niveles de estímulo sensorial más bajos de lo normal, el cerebro puede recuperar algunas de sus habilidades cognitivas. En silencio el cerebro es capaz de bajar su guardia sensorial y restaurar algo de lo que se ha “perdido” por exceso de ruido.

Conclusión:
Viajar a Finlandia puede ser algo en tu lista de cosas por hacer. Ahí encontrarás el silencio que necesita tu cerebro. O, si Finlandia está fuera de tu alcance por ahora, podrías simplemente tomar una caminata silenciosa en algún lugar tranquilo de la ciudad. Esto podría traerle a tu cerebro un mundo de bienestar.

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