Artículo: Egos Espirituales.

16 de noviembre de 2015

Todos llevamos nuestro propio caminar, unos más rápido, otros más lento, unos lo captan antes, otros más lentamente, unos quieren correr más sin saber que esto no es una carrera, otros prefieren ir captando y empapándose de todo más despacio, sanando día a día, por que como dijo Albert Einstein: "La mente que se abre a una idea nueva jamás volverá a su tamaño original".

Y así es, cada frase, cada artículo, cada vivencia, cada libro, cada fotografía, y miles de detalles de cada día, entran en nuestra mente y ya no desaparecen, solo nos hacen ir hacia adelante y nunca hacia atrás, nos ayuda en nuestro caminar, a sanarnos, a corregir lo que hemos estado haciendo mal tantos años hasta llegar a la plena espiritualidad, a la sanación y en definitiva, a ser felices con nosotros mismos.

Estamos aquí para amar incondicionalmente, y aunque tengamos que ir saltando vayas que nos pone la vida en nuestro camino siempre hay una voz dentro de ti diciendote que busques el sentido de la vida, es mejor no criticar ni enjuiciar a quienes para muchos están alejados del camino, porque no es así… Todos estamos encaminados hacia el espíritu, solo que en diferentes etapas, pero vamos dando pasitos y avanzamos… Esa la idea. Y lo que no resuene contigo acéptalo con amor y bendícelo porque alguna vez tú también caminaste por allí.

Todo esto lo pude vivir en mis propias carnes en el Camino De Santiago, donde cada día no era una carrera por llegar a la meta aunque si hubiera algunos que lo tomaran así, era un caminar sin prisas, disfrutando del camino, de lo que nos ofrecía ese día, personas te adelantaban, tu adelantabas a otras, íbamos a nuestro paso pero la meta era siempre para todos la misma, el final de etapa, el descanso y el reponer fuerzas para la mañana siguiente continuar hasta dar el abrazo al Apostol Santiago.

Antonio Rodríguez 

Quizás el más grande obstáculo que podemos encontrar en el camino de la evolución espiritual es que al ir quitándonos esas máscaras que fuimos adquiriendo con con nuestra educación y con las que nos sentíamos tan identificados, adoptemos otra máscara: la del ego espiritual.

Es muy facil engañarse y pensar que un ser espiritual debe comportarse de una determinada manera, vestirse de un cierto color o estilo, visitar ciertos lugares, comprar algunas cosas, comer algunos y dejar de comer otros alimentos, etc. Y poco a poco vamos adquiriendo un disfraz sin darnos cuenta de que es solo otra máscara y que hacer todas esas cosas no nos vuelve espirituales.

La espiritualidad consiste solamente en la práctica… pero no en la práctica de viejos preceptos ya sea budistas, cristianos o mahometanos sino que simplemente en practicar la vida, adquirir experiencia y vivienciar cada hecho para conocer “in situ” cada acción, emoción y sensación de lo que vinimos a experiementar. De nada sirve que otro te cuente como sabe el helado de vainilla, eres tú quien debe probarlo para conocer ese sabor; y si otro te cuenta como sufre las pérdidas de la vida, jamás podrás comprenderlo hasta que no vivas en carne propia tus pérdidas.

El ser espiritual encuentra el espacio sagrado dentro de si mismo, sin hacer aspavientos. La espiritualidad no es exibicionista ni competitiva. El ser espiritual toma la vida como la gran escuela que es y por eso adquiere serenidad. Jamás comenta sus logros y rara vez lo escucharás quejándose porque practica la aceptación.

Ya hemos hablado que la espiritualidad no es negarse nada y tampoco agregrarse algo. Es simplemente vivir consciente y concientemente, tener claro que estamos aquí de paso y por eso no nos aferramos a nada… simplemente nos comportamos como un alma viajera que en esta pasada se ha vestido con este cuerpo y algún día deberá dejarlo para continuar su viaje.

Despredernos de este ego espiritual para llegar a lo que realmente somos es un gran paso hacia la verdadera evolución de nuestra conciencia.

Vivimos una época de saturación de métodos para despertar, formulas mágicas para la iluminación y grandes secretos de los maestros: Todos los días recibimos correos desde todas partes del mundo ofreciéndonos la llave mágica para la felicidad y es tanta la información que nos llega, que de pronto nos perdemos del camino y terminamos inflando aún más nuestros egos creyendo que de verdad estamos iluminados.

De pronto nos metemos en un túnica espiritual y caemos en la fantasía de que eso es lo que nos vuelve espirituales y nos entregamos al sueño o la ilusión de ser espirituales, sin darnos cuenta que seguimos tan dormidos como al principio, solo que ahora con mucho conocimiento acerca de lo que es la espiritualidad.

El conocimiento de todos los métodos que existen para evolucionar espiritualmente no te vuelve espiritual… quizás si practicas esos métodos y llegas a sacar tus propias conclusiones si… pero repitiendo el camino que otros hicieron NO.
La espiritualidad es un camino propio y, muchas veces solitario, doloroso y lleno de obstáculos… algunos les llaman pruebas, pero vamos avanzando solo con la superación de dificultades.

Todos hemos visto –y hasta hemos sido– esas personas que van por la vida de espirituales, repitiendo como papagayos lo que otros dicen y siempre con la vista puesta en el resto para condenarlos porque comen carnes, porque consumen alcohol o cigarrillos, porque están presos del sistema, porque son consumistas, porque tienen ciertas ideas, o porque están muy dormidos etc. Y esperan ansiosos el más mínimo desliz para tildarlos de inconsecuentes o inconsistentes –palabras muy usada por los pseudoespirituales– y no hay nada más alejado de la espiritualidad que la crítica… porque el ser espiritual sabe que vamos todos por el mismo camino, algunos van muy adelante, otros muy atrás, pero todos llegaremos…

Fuente: Sanando El Alma

 
FREE BLOGGER TEMPLATE BY DESIGNER BLOGS