¿Cuál es el secreto de esas personas que logran cambios positivos en su vida? ¿Dónde está la clave para poder vivir en plenitud? ¿Existe alguna manera de alcanzar las metas que nos hemos propuesto? Solo hay una respuesta a estos y tantos otros interrogantes: ¡¡SÍ!!
Si queremos lograr la felicidad y disfrutar plenamente de la vida, tenemos que alinearnos con nuestros propósitos de vida. Para que eso sea posible, necesitamos ir más allá de los conceptos abstractos y humanistas que nos influencian y concentrarnos en la renovación de nuestra mente. En otras palabras: «Cambiar nuestra manera de pensar»
¿Cuáles son las características de una mente renovada?
He aquí algunas de ellas:
Una mente renovada... ¡sustituye la mentira por la verdad! Aunque sea popular el uso de las llamadas «mentiras piadosas» quien desea vivir al máximo sabe que de sus labios debe brotar la verdad. De esta manera se abre paso a la confianza, elemento fundamental en el trato con nuestros semejantes.
Una mente renovada... ¡sustituye el resentimiento y la ira por el perdón! Todos nos enojamos frente a distintos hechos de la vida. Sin embargo, no debemos permitir que el enojo nos domine y se vuelva incontrolable. Y tampoco debemos guardar resentimiento en nuestro corazón, porque si no es tratado convenientemente, el resentimiento puede convertirse fácilmente en amargura. Cuando tomamos la decisión de perdonar, la ira y el rencor ceden su lugar a la paz interior y facilitan la reconciliación con los demás.
Una mente renovada… ¡sustituye la deshonestidad por la honradez! Las aparentes «pequeñas deshonestidades» socavan nuestro espíritu y no nos permiten vivir al cien por cien. Cada día necesitamos desarrollar la honradez, aún en los hechos cotidianos más simples. Una conciencia limpia es el reflejo de una personalidad que disfruta de la libertad.
Una mente renovada... ¡sustituye las palabras que hieren por palabras que edifican!
¡Cuánto daño pueden provocar nuestras palabras! Los insultos, las ironías, los términos despectivos, el chisme, y tantos otros males solo producen amargura, tristeza y resentimiento.
¡Que nuestra boca se llene de palabras que bendigan y edifiquen a los demás!
Una mente renovada… ¡sustituye la maldad por la bondad! Una persona buena piensa siempre en el otro, hace uso de una actitud amable, buscando el bien. Maldad es privilegiar el egoísmo antes que el amor. ¡La bondad es misericordia, amor y compasión!