“Somos el reflejo siempre de lo que pensamos, si nuestros pensamientos son positivos lo que cosechemos de ellos siempre lo será.”
Somos el reflejo de lo que pensamos. Por eso es importante ser selectivo en lo que elegimos pensar porque es el resultado de lo que vas a vivir.
“¿Dónde estará mi vida la que pudo haber sido y no fue, la venturosa o la de triste horror?“.
Esta pregunta nos convoca al centro mismo de la vida, porque nosotros somos los que le damos sentido a nuestra vida. La vida no es una batalla, no estamos aquí para saltar obstáculos, estamos aquí para aprender, para hacer de la vida una obra de arte. La vida en general es poesía y, en su inolvidable totalidad, ella nos inventa, nos vive.
El secreto de una vida realizada está en la preparación mental.
Son nuestras decisiones y no las circunstancias de la vida, las que determinan nuestro destino. En nuestras manos y por mediación de nuestro libre albedrío está la posibilidad modificar cualquier situación. La pregunta que nos debemos hacer es:
¿Qué queremos de verdad en la vida?
Solo nos hace falta tener en nuestra mente un objetivo que nos haga levantarnos cada mañana. También debemos de preguntarnos:
¿Qué precio tendremos que pagar si no actuamos inmediatamente con relación a lo que queremos?
Somos el reflejo de lo que pensamos. Por eso es importante ser selectivo en lo que elegimos pensar porque es el resultado de lo que vas a vivir.
“¿Dónde estará mi vida la que pudo haber sido y no fue, la venturosa o la de triste horror?“.
Esta pregunta nos convoca al centro mismo de la vida, porque nosotros somos los que le damos sentido a nuestra vida. La vida no es una batalla, no estamos aquí para saltar obstáculos, estamos aquí para aprender, para hacer de la vida una obra de arte. La vida en general es poesía y, en su inolvidable totalidad, ella nos inventa, nos vive.
El secreto de una vida realizada está en la preparación mental.
Son nuestras decisiones y no las circunstancias de la vida, las que determinan nuestro destino. En nuestras manos y por mediación de nuestro libre albedrío está la posibilidad modificar cualquier situación. La pregunta que nos debemos hacer es:
¿Qué queremos de verdad en la vida?
Solo nos hace falta tener en nuestra mente un objetivo que nos haga levantarnos cada mañana. También debemos de preguntarnos:
¿Qué precio tendremos que pagar si no actuamos inmediatamente con relación a lo que queremos?
Hermann Hesse nos muestra una luz cuando afirma: “Solo hay felicidad si nada exigimos del mañana, y aceptamos del hoy, con gratitud, lo que nos trae. La hora mágica llega siempre”.
A veces pensamos que la vida de los otros es fácil porque no la vivimos. Pensemos en nosotros que tenemos riquezas inimaginables al alcance de nuestras manos: un corazón para soñar, un lecho para dormir y unas manos para trabajar. Siempre le echamos la culpa al otro o a Dios de todos nuestros actos. Es nuestra mente la que elabora teoremas que nos impiden cantar y danzar bajo la lluvia. La alternativa está en como procesamos nuestros pensamientos, porque nada es tan real como los pensamientos. La mente no establece distinciones entre lo falso y lo verdadero, somos nosotros quienes le damos esas categorías, por eso nos convertimos en lo que pensamos.
El control de nuestra vida estaría dado por hacernos cargo de nuestro modo de pensar. En muchas situaciones – dice Easwaran- nos sentimos aburridos porque nuestras mentes están divididas. Una parte de la mente lleva a cabo el trabajo, y la otra, intenta no hacerlo. Al estar la mente dividida sobreviene el agotamiento. La apreciación de la vida estaría dada por como se siente uno en la propia mente. Como la mayor parte del tiempo nuestra atención se mantiene dirigida hacia afuera, hacia otras personas, nuestra mente está invadida de pensamientos que planean el futuro o analizan el pasado.
Somos lo que somos porque primero lo hemos imaginado.Observarnos, ver a nuestro alrededor, saber quienes somos, quienes nos rodean y qué queremos de nosotros, conforman la carta esférica de nuestra vida.
Para asumir la vida desde una perspectiva diferente, menos rígida , más tranquila y espontánea , es necesario tener el control de nuestra mente. La mente es un ser insólito, es la más impredecible de todas las criaturas que habitan el universo ,gusta del teatro y de la música ,se hace visible en todos los escenarios de la vida. Aprender a domesticarla es una tarea prioritaria si queremos mejorar nuestra relación con nosotros , los demás y el planeta. Para mejorar nuestra calidad de vida , debemos trabajar sobre nuestra mente: la loca de la casa. Cuando la mente no está entrenada , los pensamientos van y vienen y producen comportamientos inusitados. Al moverse sin control, la mente se convierte en un torbellino de sufrimientos que no nos permiten ver con claridad nuestro propio cielo. Una mente confusa navega por mares de desesperación y ansiedad.
Los venenos de la mente: los odios, los celos, las codicias, las envidias, los apegos, crean más ataduras y acortan los sentimientos de libertad, de expansión, de infinitud, de abundancia. ¿si no confiamos en nosotros, cómo vamos a confiar en los demás? Vivimos de manera mecánica, ni siquiera pensamos y esto nos lleva a toda clase de estados anímicos que nos hacen sentir insatisfechos.
La mejor alternativa para limpiar la mente es el silencio interno, que nos ayuda a reconciliarnos. La meditación, la visualización entre otros , son tónicos importantes para aquietar la mente.
En nuestro medio las personas viven más del lado externo de la mente. Al vivir para satisfacer a los demás, caen en la trampa de ser como ellos quieren, perdiendo toda posibilidad de ser como quieren ser y esto genera conflictos interiores como amargura, depresión , deseos de no vivir y todo tipo de enfermedades.
Todos nuestros actos están tejidos por nuestros sueños y es nuestra mente la que determina si se vuelve contra nuestros sueños y nos convierte en sus ciervos o nos atrevemos a desafiarla y a tomarla por los cuernos por medio del trabajo interior. La decisión está en nuestras manos. El secreto es que no hay secreto: todo está en la meditación. Al meditar desaparecen las fronteras y se abre un nuevo horizonte. La paz se consigue trabajando sobre el ego .
Otro ejercicio interesante para adiestrar la mente es la atención, que nos posibilita modificar todas nuestras reacciones mecánicas y liberarlas de esquemas de conductas preestablecidos. Si todo es ilusión y es transitorio, cuanto más apegos existan, más sufriremos.
Para modificar nuestros viejos esquemas de pensamiento debemos trabajar sobre el ego que siempre y en todo memento nos está involucrando en la competición, las intrigas y el afán de logros.
A veces nos involucramos en cosas que no tienen que ver con lo que queremos para evitar asumir retos interiores, buscando huir del sufrimiento, pero no nos damos cuenta que estamos creando más sufrimiento mental . Pensamos demasiado y vivimos poco. Tal vez porque nuestra cultura nos ha inculcado más lo racional que lo intuitivo.
Somos lo que pensamos, todo lo que somos surge de nuestros pensamientos, con nuestros pensamientos hacemos el mundo.