Probablemente ésta sea una idea muy trillada, pero te has detenido realmente a observar en pleno el momento en el que te encuentras? eres realmente capaz de observar lo que ocurre en tu interior? te percatas de lo que está sucediendo a tu alrededor?…
Vivir atrapados en el pasado y ansiosos del futuro se puede hacer costumbre, de hecho es la manera más común de vivir,
aprendemos del pasado y pasamos el resto de la vida esperando que el
futuro sea mejor, siempre planificando un viaje, las próximas
vacaciones, mi futuro hijo, la pareja que llegará, ese empleo que algún
día concretaré, la casa que podré comprar y una serie de cosas que se
traducen en esperanzas, ilusiones futuras que alimentan nuestro deseo de
vivir el presente, siempre en pro de lograr algo.
Así se nos pasa la vida, ignorando que el momento más importante de tu vida es el minuto que está transcurriendo justo ahora, ni más ni menos.
No dejes que el minuto se te escape
Vivir
en esa burbuja del tiempo, que nos lleva del pasado hacia el futuro una
y otra vez, nos aísla del presente, del momento que nos encontramos
viviendo, preferimos alimentar la ilusión que asumir la realidad y no
nos damos cuenta que este, este minuto, este momento, ahora es nuestra
vida, no mañana, no ayer… ahora.
Presta atención a lo que estás haciendo, incluso leyendo este artículo puedes no estar plenamente alerta,
los pensamientos van y vienen de tu mente, las preocupaciones, las
comparaciones y la premura de lo que debes ir a hacer luego de revisar
esta página, no te permites realmente disfrutar el momento en toda su
plenitud, cuando en realidad el minuto presente es el único que cuenta,
porque de él depende el futuro inexistente, procura aprovechar al máximo
el momento que estás viviendo, sacando toda la utilidad que puedas para
aprender cada día más.
El mañana todavía no llegó
Este pensamiento resulta muy provechoso
si se le comprende realmente, no tiene sentido preocuparnos por cosas
que no han sucedido y que quizá nunca sucedan, nos distanciamos de cosas
verdaderas, como por ejemplo el llamado de un hijo que demanda un
minuto de tiempo, lo dejamos de un lado porque debemos atender algo de
lo que depende nuestro futuro, la sonrisa incitadora de nuestra pareja
cuando necesita complicidad y la evadimos porque los quehaceres nos
esperan, cuando un amigo nos influencia para perder un rato el tiempo en
una conversación o simplemente en silencio, pensamos entonces que no
podemos darnos ese lujo pues hay mucho que hacer…
Lo que debes hacer es lo que haces justo ahora, no aquello que cambiará tu vida para siempre, acciona en el momento justo y oportuno, utiliza sabiamente el pensamiento, colócalo en su lugar correcto,
no dominando tu mente y tus minutos, no ocupando tu presente viviendo
en el futuro o del pasado, dale su lugar y que no sea impedimento en
vivir tu minuto presente.
No hay momento que te necesite más que el minuto presente…