La
oxitocina se encuentra relacionada con el comportamiento amoroso,
responsable de la sensación emocional placentera por la proximidad, el
contacto físico y las caricias de la persona amada, forma parte de lo
que llamamos la química que facilita la fascinación por nuestra pareja,
además se activa en las mujeres durante el parto, facilitando el proceso
de alumbramiento y en la etapa postparto tanto en el hombre como en la
mujer cuando existe un sólido lazo afectivo y condiciona una serie de
conductas complejas, entre ellas la vinculación con los bebes, el trato
delicado hacia ellos, es decir el comportamiento maternal o paternal
acorde con el contexto cultural.
Además de estas funciones conocidas de
filiación social y reproductiva; la oxitocina se ha identificado como
una hormona cardiovascular, tal como se ha reportado su síntesis y
receptores en el tejido cardíaco y vascular.
Sobre
estos antecedentes, las psicólogas e investigadoras: Karen M. Grewen
PhD en Psicología Biológica, y Kathleen C. Light del Departamento de
Psiquiatría de la Escuela de Medicina de la Universidad de Carolina del
Norte, están desarrollando una línea de investigación dirigida a
examinar los efectos de la filiación social y el estrés sobre el sistema
endocrino, la actividad neural y cardiovascular, con especial atención a
los mediadores biológicos potenciales. Han dedicado un interés especial
a la “hormona del amor” la oxitocina, medida en sangre, orina y saliva,
para explorar los mecanismos por los cuales las interacciones sociales
positivas entre las parejas madre-hijo, padre-hijo y díadas padre-madre
se traducen en respuestas fisiológicas que influyen en la salud a largo
plazo.
En
un artículo publicado en julio de 2011, en Biological Psychology, para
estudiar el efecto de la oxitocina en la activación de una respuesta
"anti-estrés" que reduce la reactividad cardiovascular y neuroendocrina,
trabajaron con 28 mujeres postparto, quienes naturalmente presentan
altos niveles de oxitocina, que se midieron en sangre, al igual que la
prolactina y la norepinefrina como marcador de la activación simpática,
se sometieron a dos situaciones estresantes y se midieron las respuestas
cardiovascular y hormonal. Los datos analizados apoyan un papel
cardioprotector de la oxitocina, que puede influir positivamente en la
magnitud y los determinantes hemodinámicos de las respuestas al estrés
cardiovascular.
Las
investigaciones en esta área parecen confirmar que el amor,
materializado, en cercanía física, intercambio afectivo, caricias y
proximidad piel a piel, que activa la producción de óptimos niveles de
oxitocina, es el recurso más efectivo para el cuidado de nuestro corazón
y el de nuestros seres queridos.