El Ego es la creación de pensamientos que hemos hecho realidad y que
nos limitan. Empieza por considerar tu ego como una entidad que te
acompaña y que tiene un propósito: «quitarte la libertad interior» y
«hacerte cautivo».
El ego es muy voraz e insaciable, necesita
continuamente retroalimentarse. Es invisible y siempre está a tu lado.
Primero investiga y conoce a esta entidad, después percátate de que está
obrando por ti. Y por último, libérate de él y ¡sé libre!.
El niño va
descubriendo su propio cuerpo y a identificarse con él, con su
comportamiento, emociones y experiencias. El entorno familiar y social
es de gran influencia en la imagen sobre quién es, y quién es para los
demás. Por consiguiente, las vivencias y experiencias en los valores de
tener, poseer, acumular, ser el primero, ser reconocido, aprobado, las
falsas creencias, la relación con el mundo y con otros egos sociales en
los que se ha construido una sociedad competitiva, codiciosa,
superficial, insatisfecha y vacía.
Todo ello va creando, formando,
configurando y retroalimentado la estructura egoica; y como
contrapartida, ocultando y distanciando al ser interior, que a su vez
sigue condicionando a las nuevas generaciones en la formación del ego.
El
ego hace que cada vez nos fijemos más en nuestros intereses
distanciándonos y cegándonos cada vez más de la dicha y bienestar de los
demás seres. Es como un gran narcótico que genera narcisismo y cuando
no consigue lo que desea, siente recelos, inseguridad, inquietud, miedo e
insatisfacción.
No se trata de aniquilar o eliminar el ego, ¡eso
es imposible!. Se trata de que sea nuestro aliado y de que esté a
nuestro servicio, lo que llamamos un ego sintónico; o por el contrario,
vivir limitado y esclavo de un ego distónico.
El ego distónico es
un tirano, una estafa, un timo, se ofende muy fácilmente, le encanta
dividir entre ganadores y perdedores, se aferra a los puntos de vista y
está siempre polarizando entre el apego o aversión, siempre quiere tener
la razón. Necesita continuamente sentirse superior a los demás, tener
más, ansiar y acumular. Se identifica continuamente con los logros, la
avidez, el poder, el triunfo, la fama; trata de imponer y manipular.
Es
un gran embaucador y tiene muchas artimañas, sabe muchos trucos sutiles
y se las ingenia con todo tipo de autoengaños, subterfugios y
escapismos. Como decía el gran sabio Chidananda, «el ego es muy
misterioso, no se puede saber que es. Es fraudulento, porque cuando
tratas de averiguarlo es tu propio ego quien trata de averiguarlo, o
sea, que no puedes atraparte a ti mismo».
El ego distónico es un autentico veneno para la mente y el Ser.
El
ego sintónico es un autentico manantial y fuente de satisfacción y de
contento interior. Es un ego que se pone a nuestro servicio y al
servicio de lo demás. No trata de apretarnos entre sus tentáculos; al
contrario, es un gran consejero, amigo y aliado. Nos ayuda a sacar lo
mejor de cada momento, ante lo grato y lo ingrato. Nos aporta las
verdaderas vitaminas del Alma, nos da energías, motivación, enseñanzas
y, sobre todo, sabiduría. Nos fortalece contra las adversidades de la
vida y nos hace sentirnos en unidad con nosotros mismos y con los demás
seres.
¿Qué puedo hacer para conocerme mejor y trascender las trabas del ego?
Lo
primero, reconocer que el origen del sufrimiento viene de nuestro
interior. Nosotros somos los responsables de nuestra forma de pensar y
de dirigir nuestra vida, una vez claro y asumido que nuestra mente es
fuente de dolor y fuente desdicha.
Lo segundo, tomar la decisión y
determinación de querer saltar de la orilla del sufrimiento a la orilla
de la dicha y no ofrecer resistencia al cambio.
Lo tercero, una
profunda motivación de querer crecer interiormente y de buscar los
medios, métodos y técnicas que nos puedan ayudar a realizarnos. Hay
muchísimos métodos y técnicas de crecimiento interior. El yoga y la
meditación son por excelencia uno de los sistemas más utilizados en
muchas corrientes y tradiciones desde la más remota antigüedad, no es
dogmático y está al alcance de cualquier persona que lo desee. Hay
muchos tipos de yoga y cada persona puede encontrar el que mejor le
convenga según su temperamento, e incluso combinar varios tipos.
Tiene
un gran poder de trasformación y evolución de la consciencia y nos
aporta muchísimos beneficios a nivel físico, energético, mental y
espiritual. Nos enseña a enfrentarnos con nosotros mismo y con nuestros
temores; a ser más consciente de lo que ocurre fuera pero también
dentro; a calmar la mente, a pensar cuando hay que pensar y lo que es
más difícil a dejar de pensar; a conseguir una mente sosegada,
satisfecha; y a ser soberano entre lo que pensamos, decimos y hacemos.
En
suma, hallar la paz interior. No es un trabajo fácil ni sencillo, no
hay atajos para llegar a la cima; al contrario, se requiere mucha
motivación genuina, voluntad, atención consciente y perseverancia. Hay
muchas actitudes que aprender y desaprender pero lo importante, como
dicen todos los grandes maestros, no es la meta, el recorrido ya es la
meta.
¿Cómo puedo saber si estoy trascendiendo las trabas del ego?
Estate
muy vigilante y atento a tus reacciones, palabras y actos. Obsérvate e
intenta investigar y determinar cuando tu ego influye y domina tu vida.
El
mejor banco de prueba es la vida, el día a día y momento a momento; en
tus relaciones con los demás en el trabajo, la familia, los amigos, los
vecinos, cuando vas de compras, cuando tienes que ver o estar con
alguien que no te cae bien, y un largo etcétera.
A medida que
vayas adquiriendo conciencia de tu ego, podrás poco a poco liberarte del
egocentrismo y entrar en la senda de la evolución de la consciencia, el
Ser.
Con la siguiente tabla puedes ayudarte a chequear algunas de tus actitudes. ¡Sé sincero contigo mismo!
«Tú
mismo eres tu último maestro. Tu maestro exterior no es más que una
señal indicadora. Sólo el maestro interior seguirá contigo todo el
camino».