El universo opera mediante un flujo dinámico. Dar y Recibir son aspectos diferentes del flujo de la energía en el universo.
Si
 estamos dispuestos a dar aquello que buscamos, mantendremos la 
abundancia en el universo circulando por nuestras vidas. La ley 
espiritual del éxito es la Ley del Dar. También podría llamarse la Ley 
del Dar y Recibir, porque el universo opera por medio de un intercambio 
dinámico; nada estático.
Esta 
interacción de las fuerzas y los elementos de la vida opera a través de 
la Ley del Dar. Puesto que nuestro cuerpo, nuestra mente y el universo 
mantienen un constante y dinámico intercambio, frenar la circulación de 
la energía es como frenar el flujo sanguíneo.
Cuando la sangre deja de circular comienza a coagularse y estancarse.
Por eso debemos dar y recibir a efecto de mantener la afluencia y la riqueza, o cualquier otra cosa que deseemos en la vida, circulando permanentemente.
La palabra afluencia viene de la raíz affluere, 
que significa fluir hacia. La palabra afluencia significa fluir en 
abundancia. El dinero es un símbolo de la energía vital que 
intercambiamos y de la energía vital que utilizamos como consecuencia 
del servicio que le prestamos al universo.
Al dinero también se le
 llama moneda corriente, nombre que refleja igualmente la naturaleza 
fluida de la energía. La palabra corriente viene del latín cúrrere que 
significa correr o fluir.
Por tanto si impedimos la circulación 
del dinero y nuestra única intención es acaparar el dinero y aferrarnos a
 él, impediremos también, puesto que el dinero es energía vital, que 
éste vuelva a circular en nuestra vida. Para que esa energía fluya 
constantemente hacia nosotros debemos mantenerla constantemente en 
circulación.
Al igual que un río el dinero debe mantenerse en 
movimiento o de lo contrario comienza a estancarse, a obstruir a sofocar
 y a estrangular su propia fuerza vital; la circulación lo mantiene vivo
 y vital.
Toda relación es una relación de dar y recibir. El dar 
engendra el recibir y el recibir engendra el dar. Lo que sube debe bajar
 y lo que se va debe volver.
En realidad recibir no es lo mismo 
que dar porque dar y recibir son aspectos diferentes del flujo de la 
energía en el universo, aunque muy complementarios; si detenemos el 
flujo de alguno de los dos obstaculizamos el flujo de la inteligencia de
 la naturaleza.
En toda semilla esta la promesa de miles de 
bosques pero la semilla no debe de ser acaparada; ella debe dar su 
inteligencia al suelo fértil, a través de su acción de dar su energía 
invisible fluye para convertirse en una manifestación material.
Cuanto
 más demos más recibiremos porque mantendremos la abundancia del 
universo circulando en nuestra vida. En realidad todo lo que tiene valor
 en la vida se multiplica únicamente cuando es dado. Lo que no se 
multiplique a través del dar, ni vale la pena darlo, ni vale la pena 
recibirlo.
Si al dar sentimos que hemos perdido algo, entonces el 
regalo no ha sido dado en realidad y no generará abundancia. Cuando 
damos a regañadientes, no hay energía positiva detrás de nuestra acción 
de dar.
En el dar y recibir lo más importante es la intención, la 
intención debe de ser crear felicidad para quien da y para quien recibe,
 porque la felicidad sustenta y sostiene la vida, y por tanto, genera 
abundancia.
La retribución es directamente proporcional a lo que 
se da, cuando el acto es incondicional y sale del corazón. Por eso el 
acto de dar debe ser alegre; la actitud mental debe ser tal que se 
sienta en el acto la alegría de dar.
De esa manera la energía que 
hay en el acto de dar aumenta muchas veces más. En realidad practicar la
 ley del dar es muy sencillo: sí.
Deepak Chopra
