Artículo: No Me Subestimes, Podría Sorprenderte

15 de junio de 2016


Hay un dicho tremendamente popular que dice que nunca terminamos de conocer a las personas y que, cuando creemos haberlo conseguido, nos sorprenden. Esta es una de las sensaciones más bonitas que puedes tener con alguien, salvo si te ocurre porque le infravaloras. En ese caso no le subestimes, porque podría hacerte rectificar.

Cualquier tipo de relación necesita renovarse con hallazgos nuevos en el otro que no conocíamos y mejora muchísimo si por las dos partes existe la capacidad y la motivación para sorprender. No obstante, son los descubrimientos los que tienen un matiz con el que hay que tener cuidado, especialmente en esas situaciones en las que conocemos a alguien por primera vez.
“Yo siempre he tenido pasión por los detalles, por los pequeños acontecimientos, casi invisibles, que hay a nuestro alrededor. Observar a la gente te enseña muchas cosas”
-Marco Levy-
Dicho esto, todos nosotros en los primeros contactos con una persona hacemos hipótesis sobre cómo podría ser. Acción que, en cierta medida, es totalmente humana y que no tiene por qué ser dañina, sino más bien involuntaria. Si esta impresión es algo negativa, ten cuidado porque solemos tender a confirmar nuestras primeras impresiones en vez de a intentar falsarlas.


No me subestimes, intenta conocerme de verdad

 

Es verídico que hay un grupo de personas que hablan mucho más de lo que piensan y, a veces, dicen más de lo que saben. Incluso, podría decirse que cada uno de nosotros lo ha hecho alguna vez. Sin embargo, esta no es la normal general: la mayoría decimos menos de lo que sabemos, pensamos más de lo que hablamos y nos percatamos de más cosas de las que hacemos creer.
Este es un mecanismo de autodefensa ante el miedo a desnudarnos emocionalmente y por completo a alguien. Otras veces simplemente nos gusta darnos a conocer poco a poco y que el conocimiento no sobrepase ni la propia velocidad que impone el tiempo ni las dosis de cariño compartido.
“Todo hombre que conozco es superior a mí en un sentido. En ese sentido aprendo de él”
-Ralph W. Emerson-
Por estas razones, si no estamos atentos podríamos perdernos grandes personas y si juzgamos de antemano podríamos cometer errores de los que es posible que nos arrepintiéramos más adelante. Dejemos espacio a lo que nos vayan enseñando, no subestimes, no etiquetemos antes de tiempo y, a partir de ahí, cultivemos relaciones sanas de las que siempre haya algo que aprender.

No me subestimes o el problema será tuyo

 

La verdad es que no es bueno para nuestra propia paz subestimarnos pero tampoco nos sentimos bien cuando alguien nos atribuye menos valor del que tenemos como personas, porque nadie debería tener la osadía de intentar que nos sintamos pequeños.
“Las gentes con el alma pequeña siempre tratan de empequeñecer a los demás.”
-Carlos Ruíz Zafón-
Si te ha ocurrido alguna vez esto y has sabido cómo actuar al respecto, es beneficioso que te sientas bien por el coraje que empleaste. Si por el contrario, no supiste cómo, puedes recordar para la próxima vez que aquel que te subestima realmente tiene un problema consigo mismo.
Las personas que se comportan así probablemente se encuentren con una autoestima baja y no lo sepan: es una respuesta al malestar interior que se paga normalmente con los que menos ruido hacen.

Cuanto más pequeño me creen, más grande puedo ser

 

Subestimar a alguien significa esperar de esa persona menos de lo que podría dar y es entonces cuando llega el momento en el que nos dan en las narices: no se puede ser consciente de los límites ni del potencial real de los demás, pero hay quien piensa que sí y cae en el error. De hecho, cuando menos apuestan por ti es cuando más logras tus objetivos.

Estoy cansada de escuchar a personas que dicen ser capaces de “calar” rápido a una persona o de saber de qué pie cojean. Más bien deberían presumir de dar pocas oportunidades a las personas de no ser como ellos como se han imaginado en un principio.

No es raro que alguien que tenga este pensamiento e identifique a una persona como poco amable, se comporte de esta manera que atribuye, aumentando así las posibilidades de recibir el mismo trato en reciprocidad y por lo tanto de confirmar lo que pensaba al principio.

Hay personas maravillosas que harían cosas que nunca habríamos imaginado y hay otras que aportan en el momento exacto aquel granito de arena con el que no contabas. Hay quien sorprende un día con un detalle que demuestra que te conoce más de lo creías y están los que crecen “a pequeños vuelos” porque creen en sus capacidades, incluso teniendo a su alrededor personas diciéndoles que no, que no pueden.

Así que no dejes que te subestimen, no subestimes y no te olvides del factor sorpresa con nadie, porque lo imprevisto e inesperado forma parte de nuestra esencia como humanos y, por lo tanto, de la propia vida.



 
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