5 Claves Para Dar Apoyo Emocional

19 de diciembre de 2019

Es probable que en más de una ocasión hayamos estado al lado de una persona cercana cuando esta se encontraba sumida en un estado emocional poco agradable. Además, en esta situación hemos querido dar apoyo emocional y actuar como su soporte; sin embargo, no hemos sabido cómo hacerlo, sintiéndonos muy torpes.

Desde la literatura, el apoyo emocional se puede entender como «el establecimiento de una relación personal entre la persona afectada y la persona que pretende proporcionar ayuda, con el fin de suministrar tranquilidad y apoyo, crear un clima de confianza, reducir sus miedos y ansiedades, fomentar su expresión emocional y ayudarles en su adaptación al problema» (Elsass, Duedahl et Cols., 1987 ).

Al dar apoyo emocional de manera efectiva lo que hacemos es generar y proteger un espacio de escucha, seguridad y confort en el que el otro puede expresarse con libertad, sin sentirse juzgado. En consulta, lo que hacemos, después de la evaluación y valoración del caso, es facilitar una serie de herramientas que las persona pueda utilizar para salir de esa situación.

Sin embargo, si no somos profesionales, ¿qué podemos hacer? Pues bien, aquí va una especie de kit de primeros auxilios que podemos aplicar en estas situaciones.

Claves para dar apoyo emocional

1. Busca un lugar apropiado
Se trata de buscar un lugar confortable, fuera de distracciones (televisión, radio, teléfonos móviles, otras personas que puedan aparecer,…), donde la persona se encuentre segura y el diálogo, una vez comenzado, pueda ser interrumpido por los menos elementos externos posibles.

2. Escucha activa, sin juzgar
Escucharcon cuidado y atención es una de las mejores maneras de dar apoyo emocional.Con frecuencia, la persona necesita a alguien que le ayude a construir un relato de lo que ha ocurrido: un relato que pueda integrar en su historia vital y con el que pueda vivir.

Por otro lado, escuchar no es dar soluciones. Quizás tengas muy claro lo que tú harías en tú lugar. Piensa que su lugar solo es suyo, configurado por una enorme cantidad de particularidades. Además, intenta incluir en el recuerdo que estás haciendo de su relato los menos elementos posibles que sean de su cosecha. Puedes pensar que no hizo algo por vergüenza, salvo que te lo cuente ese sentimiento no forma parte necesariamente de lo que ha sucedido para el otro.

3. Practica la empatía
Hemos apuntado antes que la empatía no deja de ser una especie de utopía: no es posible ponernos en el lugar del otro. Con esto no queremos decir que descartemos la idea de intentar comprender lo que sucede desde su punto de vista (siempre será mejor que hacerlo desde el nuestro). En este sentido, cuando lo hagamos, no olvidemos poner un punto de prudencia porque este ejercicio, por definición, es imperfecto.

En el caso de que la persona comience a llorar, deja que exprese la emoción. Llorar es una de las mejores formas de mostrar las emociones y sanar el alma. Es uno de los mejores caminos para decir: «Soy humano y necesito tu compañía». No intentes interrumpir su llanto ya que eso podría hacerlos sentir no entendidos o avergonzados.

4. Muestra afecto
El cariño pocas veces está de más. Puede ser un feedback para el otro, esa señal de que le hemos escuchado, el mensaje de que después de su viaje/relato sigue acompañado. Este cariño puede materializarse a través de un abrazo, pero también con un gesto o simplemente con palabras.

5. Búsqueda de información o de profesionales
La ayuda profesional, facilitada por profesionales cualificados, siempre ayudará. Habrá situaciones que la requieran y otras que no, pero en cualquier caso siempre sumará.

Afortunadamente buena parte de la sociedad ha empezado a cuestionarse esa idea de que al psicólogo solo van las personas que están locas. Al contrario, van las personas que se quieren y quieren cuidar de su salud mental.

 
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