La primera y más importante es NO TE ACERQUES AL TANTRA BUSCANDO SEXO.
Por supuesto, ya sabes que opinamos que la sexualidad debidamente practicada es positiva y por eso hay hoy en día una mentalidad más abierta hacia el sexo.
Si lo que buscas es simplemente sexo hay muchos sitios donde podrás encontrarlo pero si te acercas al Tantra simplemente por el sexo te perderás casi todo y no vas a gozar mucho más, quizá menos.
Cultiva la voluntad y la capacidad de esforzarse, de tener un papel activo en la vida. La práctica del Tantra es un camino global, no en vano se le llama Tantra -Yoga, es decir, un buen prácticamente de Tantra es un buen yogui, es decir, alguien que ha alcanzado cierto dominio sobre su cuerpo, mente, emociones y además sobre su sexualidad.
Cuida y cultiva tus facultades físicas, tu cuerpo. El cultivo del cuerpo se consigue mediante el ejercicio adecuado. Se puede practicar hatha yoga pero no es necesario aunque sí lo es hacer el ejercicio adecuado -sea del tipo que sea- tener una vida sana y activa y una alimentación también sana y correcta.
El cultivo de las emociones se consigue desarrollando en nosotros el poder del amor. Por eso el Tantra es también un camino ético.
Cultivar el poder del amor no es simplemente amar a una persona, es amar a la vida como algo global, sentirse parte del cosmos, parte de la naturaleza, buscar el papel que a uno le corresponde en la vida, sentirse útil y hacer algo por los demás y claro está amar adecuadamente a su entorno, su familia, amigos, hijos y especialmente a su amante o pareja.
El cultivo de la mente se consigue cultivando y buscando la sabiduría, tanto la de tipo intelectual con los estudios y lecturas adecuadas, como la sabiduría interior que se logra desarrollando la intuición y la paz mental.
Esto se desarrolla con la práctica cotidiana de la meditación, incluida meditaciones de carácter sexual, es decir, meditar haciendo el amor con nuestra pareja.
El cultivo de la capacidad sensitiva y sensual se consigue desarrollando y afinando nuestros sentidos y buscando el gozo y la belleza mediante el despertar de todos los sentidos: vista, tacto, oído, olfato.
Mediante la práctica de las caricias sutiles, el cultivo de las artes: pintura, dibujo, escritura. Etc.
El cultivo del espíritu se consigue manteniendo una adecuada actitud trascendente, de búsqueda espiritual, de superación personal, de desarrollo místico y de sentimiento de pertenencia a la totalidad de la que formamos parte.
El cultivo de la capacidad sexual se consigue viendo el sexo como lo que es, algo realmente hermoso cuando es practicado en las condiciones de higiene, afectos, confianza, amor y belleza adecuados.
Es el cultivo de la sexualidad donde la búsqueda del placer o del orgasmo no es algo prioritario, ni urgente ni condicionador de la relación o el acto en sí, lo que debe buscarse es la fusión con el amante, debe buscarse la emoción del amor, del dar, de la entrega, de provocar y producir placer y la adecuada canalización de la energía sexual que se está evocando.
El cultivo del poder sexual se consigue con el control de la mente y de la respiración apoyados por la emoción del amor. Concretamente el hombre debe controlar su eyaculación ya que es el elemento más débil y vulnerable en la relación sexual.