El Tantra blanco esta orientado a la plenitud y armonía contigo mismo y los demás, como una forma de entrelazarnos energéticamente para compartir sabiduría y apoyarnos en el crecimiento de nuestra vibración.
El Tantra Rojo tiene un componente sexual, se experimenta a través de la pareja conectando el espíritu y la materia, considerando al cuerpo un templo de devoción como una via para la iluminación.
Y el Tantra negro se relaciona con la utilización de la energía con fines propios sin el respeto por la vida otros seres.
El verdadero Tantra está tejido con el corazón y entrelazado al poder del amor, a ese estado de vibración al que pertenece La Fuente. Al que muchos seres humanos estamos hoy re-aprendiendo a conectar.
¿Y como podemos aprender a reconocer a estos falsos maestros? cuando observamos que detrás de la enseñanza de la transmutación de la energía sexual prevalece por completo el ego, con una tendencia hacia el poder y la lujuria.
Hay que tener los ojos bien abiertos y la intuición despierta para poder distinguir de aquello que puede ayudarnos al crecimiento personal o lo que solo viene a truncarnos.
Un falso maestro es un ser impregnado de magnetismo, podemos llegar a sentir una indudable fuerza de atracción que sobrepasa nuestro entendimiento. Y es que cualquier iniciado, al empezar a trabajar con su energia sexual comienza a potencialiazar una fuerza magnética para atraer y materializar sus deseos.
Y saber además que cualquier práctica para despertar la energía sexual (kundalini) sin haber limpiado correctamente los canales (nadis) puede llevar solo a alimentar un deseo que se va descontrolando y que termina por manifestarse en promiscuidad.
El falso maestro, nos llevará por enseñanzas que pueden ser seductoras, pero que nos separan de la verdad y el descubrimiento de nuestra divinidad sin intermediarios.
“Un falso Maestro –es decir, aquel que quiere evitar que el alma tenga el encuentro directo con la Verdad- puede ser un verdadero maestro en el sentido de que es el que nuestra alma necesita para aprender ciertas lecciones". – Babaji
Como dijo hace tiempo un verdadero maestro:
“El que tenga ojos, que vea, el que tenga oídos que escuche”
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