Artículo: El Hombre Tántrico

13 de septiembre de 2016

Hay hombres que tienen un magnetismo especial que llama la atención.Parece que llenan todo el espacio con su presencia y magnetizan las miradas.Ellos manifiestan un estado de fascinación benéfica.

No son aquellos que imponen su carisma con el anticuado patrón de macho alpha. Ellos saben que la energía masculina es mucho más que que el poder de la dominación, que el poder reside en otra parte de si mismos y que su uso nunca supone un abuso, sino un servicio.

Son los hombres tántricos. La mayor felicidad del hombre tántrico es la felicidad de su mujer amada.
El hombre que aprende Tantra Yoga desarrolla todas sus potencialidades, en todos los dominios y niveles de su manifestación.

Por el desarrollo de su conciencia solar, masculina, yang, el hombre consciente de tantra irradia la confianza que tiene en si mismo y en sus capacidades, y es capaz de expresar al máximo su potencial masculino.

Si al hombre tántrico se le es preguntado: ”¿cuáles son las cosas que nunca hiciste, pero te gustaría hacerlas?”, el piensa un tiempo antes de contestar, después menciona algunas cosas, muy relajado.

Esto les diferencia mucho de la manera apurada del hombre que no despertó sus cualidades masculinas tántricas, el que  manifiesta comúnmente una multitud de deseos no cumplidos y de frustraciones, tanto en el amor, como en la vida sexual, en la realización social, relacional, intelectual etc.

Tantra Yoga ofrece al hombre el medio para lograr todas sus aspiraciones benéficas.

El hombre tantrico se encuentra a si mismo y ve al mundo como una continua transformación desafiante.
El hombre tantrico está perfectamente balanceado desde el punto de vista emocional, es caracterizado por la calma y la felicidad. Él vive en el momento presente y disfruta.

Emana tranquilidad, no se caracteriza por exhibir falsas vergüenzas. Es compasivo por los demás, devocional por los otros, pero nunca se considera una víctima de la sociedad o del grupo al que pertenece.
Por oportunidad, es espontáneo y manifiesta un humor refinado.

Tiene una salud perfecta. Por la práctica de tantra yoga, el hombre se encuentra, profundamente con su destino como hombre.

El Tantra ofrece al hombre una mayor comprensión de la mujer (shakti) y así le da la posibilidad de amarla en su totalidad.

El hombre tántrico admira y transfigura espontáneamente a la mujer, le gusta sentir la energía femenina, sus matices y encantos.

Él disfruta de las manifestaciones de la feminidad, sabe verlas y sentirlas empáticamente, se siente relajado en la presencia de las mujeres y no tiene un sentimiento de superioridad, ni tampoco de superioridad. Comprende perfectamente que ambos son la manifestación de la dualidad de las energías de un mismo Todo.

Es sensible y bueno; llena el alma y el corazón de la mujer que habitualmente espera que el hombre la satisfaga no solamente sexual también afectivamente, mental y espiritual.

Tantra enseña al hombre amar a la mujer a la vez como si fuera, novia, esposa, madre, hija, hermana, la mejor amiga, la iniciadora suya en los secretos del amor.

Y este aspecto es importante porque habitualmente se asocia el aprendizaje del Tantra como una técnica exclusivamente sexual, más cercana a la lujuria que a la fusión real de la sexualidad sagrada que requiere del amor incondicional hacia la energía complementaria en todas sus manifestaciones.

Al hombre tántrico le gusta enormemente hacer el amor con la mujer amada. Sabe que esto no es todo en el amor pero  disfruta de cada fusión erótica.

Él toma en serio la sexualidad suya y la de la mujer amada, pero  a la vez está lleno de espontaneidad, cariño, ternura y calor afectivo.

El hombre tántrico es potencialmente todos los hombres: el héroe, el sacerdote, el amante, el amigo.
El hombre tántrico vive empáticamente con los demás y a la vez es el canal de manifestación por el principio masculino supremo, Shiva, para dar a los demás lo que ellos necesitan.

Él se manifiesta a veces como el héroe valiente, a veces como el amante romántico y tierno. A veces con la autoridad de un sacerdote sabio, a veces con la humildad y la presencia del mejor amigo.

El hombre tántrico es el mejor regalo para una mujer que aspira al amor y ser amada.
Tantra Yoga les enseña el control de su esencia solar, masculina.


 
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