Artículo: Tantra, Amor Y Sexo

10 de agosto de 2016


“En la paciencia está el placer”…

El sexo tántrico es una práctica que va más allá del sexo por placer, del sexo mañanero, del rapidín incontrolado, del desliz, del pasajero, del convencional o de la canita al aire… es más bien aquél que busca unir las almas en un acto de amor, pausado y relajado… sin prisas…

A pesar de que las prácticas convencionales son las que atraen la mayor parte de las veces a los caballeros, el actuar de forma racional y calmada puede obtener mejores beneficios para las mujeres e incluso para ellos mismos. La magia del sexo tántrico se basa en la calidad, no en la cantidad, en él la mujer no es vista como un “simple objeto sexual”, sino como una diosa que da y recibe energía.
Sus orígenes se remontan a la antigua India y al Tíbet, en donde era considerada una práctica abierta a la que todos tenían paso, ya que permitía acceder a la trascendencia, sin embargo, surgió en contraposición a las arraigadas ideas de los brahmanes o sacerdotes hindúes, que sostenían que para poder comprender la vida y sus misterios era necesario renunciar a las prácticas sexuales y a todo placer corporal. Por el contrario, los primeros tantristas, quienes poseían amplios conocimientos sobre yoga y meditación, hicieron de los placeres del cuerpo una experiencia sublime, es decir, en él, el cuerpo logró ser considerado “un templo sagrado” merecedor de atención y cuidados, no sólo en el plano físico, sino también en el emocional y espiritual.

El sexo tántrico se fundamenta en un mito hindú, el cual sostiene que “Shakti” (divinidad femenina) y “Shiva” (divinidad masculina) crearon al universo a través de su cópula y una danza de amor… de ahí que el origen del mundo haya sido concebido como un acto amoroso y erótico que podría repetirse a menor escala durante la unión de dos seres, quienes al fundirse en uno solo, podrían acceder al “kundalini”, la sutil energía capaz de dar conciencia sobre la propia existencia.

Y ahora seguramente te preguntarás… ¿Cómo puedo realizarlo?, ¿cómo incito a mi pareja para experimentar el placer del sexo tántrico?…

Para empezar es necesario lograr una cálida ambientación, que te motive e incite a la intimidad, puedes auxiliarte de algunas velas aromáticas, de flores frescas y aceites para masaje, recuerda que esta práctica va más allá del sexo convencional, busca hacer un ritual que despierte y llene tus sentidos. Para ello será indispensable la música, y los sabores… deben de buscar tener esa libertad de movimiento y el tiempo suficiente para experimentar y disfrutar de este acto de amor.

Una vez lograda la ambientación, es vital aprender a respirar, ésta deberá tener un ritmo adecuado, mientras uno inhala, el otro exhala y así sucesivamente, la idea es que tu pareja pueda respirar tu aire y tú el suyo… vivan el momento y abandonen cualquier pensamiento ajeno a ese instante mágico.

Las caricias son fundamentales, toca a tu pareja, masajéala sin ser tu prioridad los órganos sexuales, recorre su cuerpo con sutileza, con la yema de tus dedos, con tu aliento, con la propia energía de tus manos sin existir roce alguno, esto despertará los sentidos, verás cómo sus pieles se erizan y sus músculos se contraen reaccionando a dicha energía.

Bésense sin tocarse, recuerden que es una práctica pausada, no hay prisa de nada, pero si la excitación es demasiada, vuelvan a los ejercicios de respiración para no culminar de forma anticipada, la intención es retrasar el mayor tiempo posible el orgasmo.

Cabe mencionar que el sexo tántrico no es una acrobacia sexual, sino un estado íntimo de posesión erótica cuyo objetivo es un prolongado éxtasis mental y corporal.

Recuerda que en la paciencia está el placer y probablemente no lo logren a la primera, será necesario intentar estos ejercicios una y otra vez a fin de prolongar por más tiempo el goce que puede obtenerse de este antiguo ritual al sentir la expansión de la conciencia y la liberación de esa energía mágica.

Cerina Zilu
 
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