De nunca me han gustado las personas rencorosas, yo nunca lo he sido y los que me conocen lo saben, creo que cada uno somos un mundo distinto en el que no siempre tengamos la misma opinión sobre las cosas, por lo tanto si alguien te daña es mejor perdonar y olvidar lo sucedido antes que guardar ese rencor que no nos sirve para nada. El rencor forma parte de esas cosas innecesarias que guardamos en el corazón y que solo son un estorbo, es llevar una carga a nuestras espaldas, la vida es demasiado corta, y aquí venimos a amar y a disfrutar.
Siempre se nos ha dicho que debemos tratar de perdonar a quienes nos
hacen daño, pues sólo así podremos estar tranquilos y continuar con
nuestras vidas de mejor manera. Y es absolutamente cierto. Perdonar es
de almas grandes, pero olvidar es de quienes son valientes y valoran su
propia felicidad. Y es lo que tú deberías hacer también.
Porque quien te hace daño no es mejor persona que tú, y tú no serás más
débil por perdonarlo. Si perdonas y luego olvidas notarás que las cosas
dejarán de dañarte tanto y serás capaz de eliminar de tu vida a esas
personas que sólo buscan perjudicarte. Abre tu corazón cuando alguien se
disculpe y perdónalo, por muy difícil que sea, por muy fuerte que haya
sido el daño que te causó, pues te aseguro que cuando perdones te
sentirás más liviano y mucho más tranquilo.
¿Qué pasa si alguien te daña y no te pide perdón? Perdona igual, pero
olvida, por mucho que cueste, pues no vale la pena quedarse sufriendo
por alguien que no fue capaz de demostrar que te valoraba. Pero tú eres
más fuerte, tú eres capaz de demostrar que valoras y respetas tu propia
persona y eso es lo que importa. Perdona y olvida, aunque no lo creas
esa es la clave para continuar caminando y ser feliz, pues así te
desharás de la mochila pesada que llevas en la espalda y que no te deja
alzar la mirada hacia el destino que tú quieres.
Porque vivir con la espina en el pecho no te hará bien, ni tampoco hará
mal a la persona que te hizo daño. Lo único que provocará un cambio es
que tengas el coraje de perdonar y el esfuerzo de olvidar todo lo
ocurrido. Así es como debe ser siempre. Acepta las disculpas si te las
ofrecen, y si no, olvida y continúa con tu camino sin volver a mirar
hacia atrás.