Aprender A Aceptar Las Emociones Y Como Sanar Las Heridas Emocionales

17 de agosto de 2017

Seguramente has escuchado las siguientes frases infinidad de veces sobre aceptar tus emociones:

“No te preocupes, mañana será otro día”
“No mecere perder el tiempo ni la energía con…”
“No tienes motivos para estar triste, mira a tu alrededor tienes todo lo que cualquiera desearía”
“Preocuparse es una tontería”

Muchas veces nos han dicho estas frases a nosotros y otras veces hemos sido nosotros quienes las hemos dicho. Por lo general, parecen planteamientos razonables, pero acaso funcionan?
Piensa en una situación en la que te han dicho alguna de estas frases, ¿ha cambiado algo? ¿Te has sentido mejor? Seguramente, no.
Y es que querer cambiar lo que sentimos es muy complicado por no decir imposible.
Además, en esas ocasiones, mayoritariamente nos sentimos frustrados. Sentirse bien se convierte en una obligación, y al no poder cumplirla, acabamos peor de lo que empezamos: nos sentimos torpes, culpables, creemos que cualquiera puede manejar sus emociones menos nosotros.
Es evidente que de ese modo se crea un círculo vicioso que cada vez nos hunde más en la negatividad. Cuanto mayor es la obligación de estar bien y no dar importancia a las cosas, más grande se hace el problema en nuestra mente y peor nos encontramos.

-Sal del círculo
Una cita que a menudo se atribuye a Einstein, aunque no se sabe si realmente la pronunció es: “Si buscas resultados diferentes, no hagas siempre lo mismo”. Pertenezca o no al genio científico, lo cierto es que es una frase muy inteligente.
¿Cómo se sale de un círculo vicioso? Dando un paso diferente. En este caso, podríamos preguntarnos qué pasaría si cambiáramos las frases y consejos que hemos visto al principio. De hecho, este planteamiento se ha puesto en práctica desde las terapias de tercera generación, como el Mindfulness o la Aceptación y Compromiso.

-Observa y acepta
En lugar de luchar contra las emociones negativas, probemos a aceptarlas. Eso no implica resignarse a que nunca cambiarán, sino más bien darnos permiso para sentirlas. Sí, estoy triste, sí, esto es importante para mí y me preocupa.
Observarnos con la mente abierta, sin juzgarnos, porque los juicios siempre terminan por declararnos culpables. Sin esforzarnos en una lucha continua, porque luchar nos agota y nos deja a la deriva.

-Tus emociones son válidas
No hay emociones buenas ni malas, todas forman parte de lo mismo, todas nos hacen humanos. Y es humano tener altibajos y cambios emocionales, esa es la corriente de la vida y ya sabemos la inutilidad de nadar contracorriente.
Considera válidas a todas tus emociones, siéntelas sin luchar por cambiarlas. Aprenderás a identificarlas, a comprenderlas (las tuyas y las de los demás), a tomarlas en serio. También verás que siguen su propio curso y que terminan pasando, dejándose paso unas a otras de forma continua.
¿Influye la personalidad en nuestro corazón?

-Practica con otros
La aceptación no sirve solamente para ayudarte a ti. Cuando alguien se sienta mal, prueba también esta técnica. Ponte en su lugar, acompáñale, siente junto a la otra persona. Empatiza y acepta sus emociones como válidas.
Si te pide consejo, puedes dárselo, pero no juzgues. No le hagas sentir equivocado y torpe. Ofrécete a acompañarle, a hablar si lo necesita o a respetar su silencio. Vive la experiencia emocional y deja que la otra persona la viva.

-Hazte fuerte
Recuerda que el dolor es una parte inevitable de la vida. Que las experiencias positivas cobran sentido porque existen las negativas… el contraste es lo que les da el significado. ¿Cómo diríamos que estamos contentos o felices, si jamás hubiésemos estado tristes?
Respeta también tu propio sufrimiento, como has hecho con el de los demás, y no te castigues imponiéndote obligaciones. Tienes derecho a sentirte mal, a llorar, o a darle importancia a las situaciones.

-No te resignes: el dolor también pasará
Por supuesto, aceptar y respetar no implica resignarnos sin hacer nada. Significa darnos el tiempo y el espacio, el momento que necesitamos para que la emoción ocurra. Después y desde un mayor conocimiento de nuestros sentimientos, podremos decidir si hay algo que podamos hacer para mejorar la situación.

Al final el dolor también pasará, las emociones positivas acabarán llegando, y entonces, será aún más importante poner en práctica lo aprendido. Tendremos que atender a lo que sentimos, observarnos y ser conscientes. Y sabremos mejor que nunca lo que es sentirse bien. Porque sentirnos bien y mal, al fin y al cabo, es sentirnos humanos.

Como sanar las heridas emocionales

Los sentimientos motivan nuestro estado de ánimo y generan en nosotros heridas emocionales cargadas de mucha tristeza, esta junto al dolor es el enemigo que debemos vencer para evitar permanecer en el sufrimiento y llegar a la depresión, la forma como enfrentemos y logremos tolerar sus repercusiones en nosotros, marca la diferencia al momento de saber como sanar heridas emocionales.

Estas heridas emocionales nos marcan fuertemente y vienen de acontecimientos tales como, divorcios, duelos, decepciones, abusos, maltrato psicológico y físico. Las circunstancias que más nos afectan son aquellas en las que el amor por alguien se ve expuesto a la necesidad y obligación de admitir perder, soltar o dejar ir todo lo que por un periodo de tiempo nos unió a compartir experiencias, sentimientos y sueños, todo enlazado en un manto recíproco de afecto, cuando estos lazos se rompen por decisión de uno, el otro se ve sometido a la cruel realidad de ver como todo lo construido se viene abajo, impotente ante la perdida, solo le queda percibir como todo su presente se transforma en decepción, frustración y enfado por el impacto destructivo al que fue sometido.

Comprender como sanar heridas emocionales es el proceso de aceptar todos los acontecimientos alrededor nuestro y aprender de ellos, estos nos enseñan que tener expectativas sobre una relación a futuro es algo irreal.

Qué gran error pensar que nuestra relación va a durar para siempre, si ni siquiera sabemos si vamos a estar vivos mañana, que la verdad siempre esta oculta tras el manto de un futuro que soñamos pero desconocemos el cual podemos transformar con nuestras acciones pero cuando este depende de dos, es totalmente incierto el rumbo que tomaran nuestro sentimientos. Podremos tener influencia sobre otros, pero controlar sus emociones, disposiciones, impulsos y deseos jamás, estas son sensaciones que solo pueden ser manejadas y direccionadas por quien las vive.

Todo alrededor nuestro es una invitación para entrar en el camino de diferentes personas, de igual manera nosotros también afectamos las vidas de otros con nuestros actos y decisiones, pero aceptar conocer y entrar en la vida de otros es un acto normal dentro de la convivencia en sociedad, que no significa estar con ellos y estar no significa permanecer, la permanencia de otros está supeditada a la forma autónoma como se expresen sus sentimientos frente a la conveniencia o atracción hacia nosotros y de nosotros hacia ellos, cuando esta ley no se cumple, aparece el rechazo, el alejamiento y la separación que nos lleva a replantear como sanar heridas emocionales, siempre con el objetivo de buscar el único bien por el que vale la pena luchar, la felicidad.

Las heridas físicas siempre marcan un tiempo establecido para la recuperación, mientras que las del alma y el corazón siempre traen consigo la inquietud de saber como sanar heridas emocionales, porque sencillamente no tienen un tiempo determinado de duración, este tiempo lo marca el estado en que se encuentre nuestro amor propio y lo vulnerable que sea frente a circunstancias adversas y negativas, donde solo la llave de la autoestima logra abrir cerraduras que parecían impenetrables para salir de sufrimiento rápidamente o encerrarnos en el dolor por temporadas largas de tristeza, melancolía y ansiedad, olvidando que estos son sentimientos humanos tan necesarios para entender como sanar heridas emocionales, solo asumiendo sus causas podremos hacer un análisis de estas, y lograr avanzar para obtener crecimiento personal.

Las heridas emocionales no superadas permanecen vivas y frescas así no se hagan presentes en todo momento, ellas actúan cuando recordamos, vemos o vivimos sucesos similares a los que provocaron estas cicatrices en nosotros, si tu vida está cargada de rechazos y rupturas, tal vez es momento de ver la verdad que no quieres aceptar, cuando un evento se repite en el tiempo y existe un factor común que siempre está presente en ellos (en este caso tu), puedes ir deduciendo que la culpa no es de los demás, la culpa es solo tuya por no sanar heridas emocionales cuando se hicieron presentes, sino al contrario dejaste que el tiempo se encargara de curar, cuando el tiempo lo único que hace es adormecer estas sensaciones de dolor para que vuelvan a aparecer cuando enfrentas situaciones afines, entre mas cicatrices de este tipo tengas, mas infeliz serás, por que como seres humanos estamos expuestos a vivir diferentes escenarios tóxicos que pueden afectar o tocar tus heridas abiertas, para hacerte sentir mal de nuevo y ser más sensibles ante factores que antes no solían incomodarnos.

Para identificar como sanar heridas emocionales, primero debes encontrar su ubicación, ósea detectar la verdadera razón por la que nunca terminas de cerrar ciclos amorosos, Buscar estas respuestas es clave para lograr atacar la raíz del problema, mientras que la pasividad solo hace que permanezcan ocultas y listas para volver a atacar cuando menos lo esperes. Cuando logras detectar los motivos que alimentan tus heridas emocionales, das el primer paso para cambiar o transformar tus pensamientos, recuerda que todas esas imágenes mentales de acontecimientos del pasado que tanto daño te hicieron, o recuerdos de experiencias horribles pierden poder negativo sobre ti al transfórmalas, porque solo cambiando esa perspectiva sombría logras eliminarlas de tu mente, limpiando tu presente de emociones destructivas.

Estas heridas emocionales siempre estarán ahí si no logras eliminarlas, esperando el momento indicado para verte vulnerable y atacar, así como lo relato son enemigos internos que debes vencer para sobresalir.

Algunos logran sanar heridas emocionales por si solos, gracias a esa maravillosa inversión que han hecho durante su vida, amándose y valorándose para entender que buscar en los demás lo que solo podemos encontrar en nuestro interior, es un proceso repetitivo y destructivo en el que siempre encontraremos la derrota como respuesta a nuestra inseguridad.

Otros se ven atrapados en redes tan tormentosas regidas por la dependencia emocional y la obsesión amorosa, que pierden el sentido de lo que está bien o mal en su comportamiento diario, cambian, se encierran en sí mismos para negar una realidad que los destruye, guardan esperanzas inútiles y tormentosas, sobre acontecimientos o personas toxicas que jamás van a cambiar a menos que nosotros mismos con nuestras decisiones cambiemos el curso de un presente contaminado, donde elegir seguir la misma dirección sería un error lamentable, que en muchas ocasiones fuerza a las personas a vivir y conocer limites que la vida racional no entiende.

Lamentablemente estos episodios de depresión enceguecen la razón y algunos pierden el valor por todo lo que los rodea, no les importa las consecuencias sino acabar con el sufrimiento, así su propia vida se vea en riesgo. Seguro tú no estás tan mal por el solo hecho de estar leyendo este artículo, eso me hace entender que buscas ayuda y sin duda esta es la mejor decisión cuando no encuentras respuestas anímicas dentro de ti.

Dejarse guiar por amigos o personas que no tienen ningún tipo de conocimiento profesional sobre este tema, logra confundirte más y causar un efecto contrario, en lugar de ayudar empeoran tu situación porque no tienen el conocimiento para orientar tus emociones y canalizarlas de manera positiva.

 
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