Sexo Espiritual, La Mágica Conexión De Los Cuerpos Y El Alma

5 de mayo de 2017

A lo largo de los años, durante distintas épocas, el sexo ha sido considerado tabú, y se ha procurado que las mujeres lleguen vírgenes al altar. El fomentar en que las mujeres conserven su virginidad el mayor tiempo posible, proviene de las civilizaciones antiguas, ya que era a las mujeres vírgenes las que ofrecían a los Dioses para sacrificio.

La sexualidad la debe elegir libremente cada persona, se trata de su cuerpo, por lo que nadie debería obligarla a tener relaciones sexuales. La decisión es de manera equitativa, entre las personas que participan. Muchas personas por su religión o tradiciones familiares, elijen tener relaciones sexuales después del matrimonio e inclusive se privan de ciertos placeres en el sexo debido a sus creencias religiosas.

Actualmente, en el mundo vivimos una crisis de amor. Aun cuando la palabra “sexo”, ha sido remplazada por el eufemismo “Hacer el amor”, es lo que menos se busca en una relación. La mayoría de los jóvenes, y ya no tan jóvenes, buscan sólo satisfacer el placer físico, sin involucrar el corazón, los sentimientos, el alma. Solo cuerpo con cuerpo, nada más.

Aún cuando tenemos la enorme capacidad de tener sexo por elección, involucrando todos los sentidos, partes del cuerpo, emociones y sentimientos, entregar el alma hasta fundirse dos personas en un solo cuerpo, en un solo ser. Creando una energía armoniosa, creando vida, aunque no se busque concebir un hijo. Se trata del mayor acto de amor al que dos personas que se aman pueden hacer.

Algunas religiones, como el Budismo, Taoísmo y QiGong, fomentan el sexo espiritual, enseñándolo como un acto más allá de la procreación, convirtiéndose en una actividad capaz de iluminar, haciéndolo así espiritual. También el Hinduismo lo considera una práctica sagrada, que permite a los individuos a llegar a la iluminación, naciendo así el sexo tántrico. Del otro lado de la moneda, hay religiones como la musulmana, que a las mujeres les cortan el clítoris para evitar que sientan placer durante el acto sexual.

Debido a la crisis que vive el mundo, se ahonda en el tema del sexo espiritual, porque es el que permite nutrir el alma, ayuda a encontrarse y liberarse, provoca que las relaciones se consoliden, y que los seres que participan conecten con su propia esencia y la esencia del otro.

El sexo espiritual debe ser guiado por una energía sexual, acercando a las personas, logrando una intimidad total, alimentando la conexión entre sus almas y cuerpos. Se puede saber que el acto sexual es espiritual cuando se convierte en una experiencia trascendental, que consecuentemente lleve a ambos a la iluminación, se debe sentir una energía creador.

El sexo espiritual debe ser guiado por una energía sexual, acercando a las personas, logrando una intimidad total, alimentando la conexión entre sus almas y cuerpos.

El sexo espiritual debe ser consensuado, para que la experiencia sea plena y total para los dos. Empezando por reconocer el concepto que tienen de sexo, procurando percibirlo como un acto puro, de entrega, sin pecado, evitando sentir culpa o tachándolo de malo.

Al ser un acto puro de creación, de entrega total, toda la atención debe centrarse en la realización del mismo. es por eso que se recomienda que en ese momento se desconecten del mundo, creando una atmósfera única para los que participan y transformando el acto en un ritual al que se tiene que respetar y evitar interrumpir.

Ese mismo respeto se debe tener por la persona con la que se va a realizar el acto de amor, si lo que se quiere es lograr sexo espiritual, debe ver a la pareja que ha elegido como un ser único, por el que siente amor, bondad, respeto, honestidad. Y lo debe tratar como una persona, no como un objeto, es un ser con el que decide fundirse, por lo que debe haber una conexión previa y una confianza mutua para permitirse conocerse y entregarse, desde el cuerpo, los sentimientos hasta el alma.

Es importante mencionar, que en el sexo espiritual el orgasmo no es la prioridad, se trata de conectarse con la pareja, en cuerpo, mente y alma.

“No importa si estás buscando la sabiduría o el placer en la fuerza del sexo; siempre será una experiencia total. Porque es la única actividad del hombre que afecta o debería afectar a los cinco sentidos de manera simultánea. Todos los canales con el prójimo quedan conectados. En el momento del orgasmo, los cinco sentidos desaparecen, y penetramos en el mundo de la magia; ya no somos capaces de ver, de escuchar, de sentir el sabor, el tacto, el olor. Durante aquellos largos segundos todo desaparece, un éxtasis ocupa su lugar. Un éxtasis absolutamente igual al que los místicos alcanzan tras años de renuncia y disciplina”.
 
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