Artículo: Decálogo De La Amabilidad

31 de octubre de 2016

Mucho se habla del poder de la Gratitud y verdaderamente se trata de un hábito que nos aporta, y aporta a los demás, altas vibraciones, bienestar, mejora de relaciones sociales y un largo etcétera de cosas positivas.

Pero se nos olvida a menudo reverenciar como se merece una cualidad fundamental como es la AMABILIDAD.

Mientras que la Gratitud no deja de ser un comportamiento reactivo ( agradecemos algo que ya ha sucedido, algo que alguien ha hecho, dicho…) la Amabilidad parte de nosotros mismos, es algo que poseemos para darle al resto sin la necesidad de que se haya producido por parte de nadie una conducta positiva hacia nosotros.

Y como ocurre con los actos de servicio, los que realizamos para los otros en lugar de para nuestro propio beneficio, inmediatamente revierten en nosotros mismos.

Cuando somos personas AMA-BLES nos convertimos, por el poder del sufijo “-ble”, en personas susceptibles de ser amadas.

Y sabemos que no es sólo una cuestión gramatical, cuando nos mostramos amables con las personas despertamos en ellas sentimientos de amor.

Sólo hay que pensar en lo diferente que recibimos nosotros mismos los mensajes cuando estos nos son ofrecidos de forma amable o no.

La Amabilidad tiene mucho que ver con la Empatía, con el Amor, con tratar al otro como te gusta que te traten a ti, porque sí, porque todos tenemos derecho a ser amados, amantes, amables….

DECÁLOGO DE LA AMABILIDAD:

1 - Procura reconocer y respetar los derechos y los méritos de los demás, y aceptar sus formas de pensar, aunque sean distintas de las tuyas. Es una actitud a cultivar cada día, desde tu hogar. No esperes a encontrar a alguien que piensa diferente a ti para practicarlo, es algo que debes llevar ya en tu mochila de buenos hábitos, la comprensión de que ser diferentes no tiene que ver con ser mejores o peores.

2 - Trata a los demás con el mismo respeto y cariño con el que te gustaría que te tratasen a ti.

3 - Procura ser complaciente con los que te rodean cuando te piden un favor o solicitan tu ayuda. No se trata de aceptar todas las peticiones que te hagan porque prima tu derecho a decidir, a decir No. Simplemente se puede ser más amable negándote a algo que aceptando a regañadientes…

4 - Utiliza palabras como gracias, perdón, por favor, que te facilitarán y harán más agradable tu relación con los demás.

5 - Intenta ver en cada persona lo mejor de ella. Seguro que lo encontrarás y te sorprenderá… Todos tenemos potencialidades ocultas, todos salimos a la calle con una máscara más o menos rígida que nos proteja de las agresiones del entorno. Cuando consigues traspasar las de las personas que tienes enfrente y conectas con lo mejor que guardan dentro de sí, se produce la magia.

6 - Acostúmbrate a expresar tus mejores sentimientos, no los reprimas. Trata a los demás con toda la naturalidad, la alegría y el afecto que espontáneamente salgan de ti. Son esas máscaras de las que hablaba antes, cuando sales sin ella, o mejor aun, cuando la sustituyes por cargarte con los mejor que tienes para entregarle al mundo, no solo no vas a ser herido sino que crearás a tu alrededor una alta vibración de amor y amabilidad.

7 - Acostúmbrate a sonreír. Muéstrate solidario, optimista y colaborador con las personas con las que convives. Una de las cualidades más notables de la risa es que es contagiosa, es muy difícil que cuando una persona acostumbra a sonreír su ambiente no mejore palpablemente

8 - Piensa que si todos tratamos de dar lo mejor de nosotros mismos todos seremos mucho más felices.

9 - Trata de analizarte y observa si, cuando eres amable o afectuoso con los demás, te sientes más a gusto contigo mismo. No se trata de que te sientes a gusto por lo que obtienes del otro en respuesta a tu amabilidad, es algo que emana de dentro de ti mismo. Ocurre porque en esencia somos Amor y en el momento en que nuestros comportamientos se alinean con nuestra esencia nos sentimos muy bien.

10 - Comprueba cuántas horas al día estás de buen humor. Si son muchas, alégrate porque estás construyendo un mundo más amable. Resulta verdaderamente complicado ser amable desde el mal humor. Podemos decir por favor y gracias un millón de veces al día que si nuestro lenguaje corporal, nuestro tono de voz, revelan que son sólo palabras dichas desde la cortesía y no desde el corazón su poder se desvanece.
 
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