Artículo: El Tantra Es La Ciencia De Transformar Amantes Ordinarios En Almas Gemelas

13 de abril de 2016


El tantra es una filosofía milenaria que proviene de la India, entiende nuestra energía sexual como una potente fuerza creativa. Esta potencialidad facilita elevemos nuestro ser a un plano superior, a través de la sexualidad y el desarrollo espiritual.

Esta filosofía se basa en la energía vital y en la plena aceptación de la vida y de nuestro ser. Los métodos prácticos del tantra nos ayudan a desarrollar nuestra conciencia, ampliando nuestras potencialidades físicas, gracias a la aceptación de nuestras sensaciones, emociones y deseos.

Integrar los valores del tantra nos puede ayudar a vivir la sexualidad de un modo más saludable y enriquecedor. De esta manera, nos desprenderíamos de todos los juicios morales, miedos y culpa que nos han inculcado acerca de cómo experimentar nuestra sexualidad. La ansiedad subyacente, que es la causa principal de la mayoría de problemas sexuales, desaparecería.

“El tantra utiliza el acto sexual para integrarte, pero tendrás que adentrarte en él muy meditativamente; olvidando todo lo que has oído sobre el sexo; lo que has estudiado acerca de él; lo que la sociedad, la Iglesia y la religión te han dicho; así como tus profesores… olvida todo eso, implícate totalmente.”
-Osho-
 

¿Cómo se practica el tantra?

 

El tantra es ante todo una forma de estar en la vida. Reconocidos psicoanalistas como Jung, Reich y Freud prepararon el terreno para que esta filosofía se adentrara en occidente. Basándose en los principios de la integración entre lo masculino y femenino, como conditio sine qua non para llegar a la madurez psicológica.
Se puede practicar el tantra a través de diferentes técnicas: la meditación, repetición de mantras, prácticas rituales, invocación de deidades, visualizaciones, fantasías, yoga, etc. Todas estas técnicas se utilizan para despertar nuestros sentidos y obtener una estimulación física y mental.

Estas prácticas nos invitan a experimentar el deseo de una forma saludable, ya que por lo general solemos luchar contra el él debido a nuestros miedos, la culpa o la vergüenza. En definitiva, cortamos nuestro deseo con la intención de no sufrir.

El tantra nos enseña a no luchar contra nuestro deseo, a entenderlo como un aliado de nuestro movimiento, de la acción y de la vida. Comprender que se trata de un impulso vital en beneficio de nuestra naturaleza. La aceptación del sexo de forma natural, nos invita a adentrarnos en nuestra más profunda sensibilidad.

“El sexo es solo el principio, no el fin. Pero si te pierdes el principio, también te perderás el final.”
-Osho-
 

Actitudes que promueve el tantra

 

El tantra promueve la actitud de abandono ante el deseo y la experiencia, una invitación a sostener el placer sin interferencias mentales. Sin juicios ni creencias, una actitud de aceptación, una fusión y unión profunda de dos almas.

A través de la liberación de nuestras limitaciones mentales conseguimos adentrarnos al mundo de los sentidos. Este aprendizaje contribuye a solucionar muchas disfunciones sexuales, ya que promueve las siguientes actitudes:
  • Acabar con nuestras restricciones de ámbito religioso, sociales y morales. Favoreciendo así una actitud más libre y abierta con respecto a la sexualidad.
  • A través de diversos masajes, en el tantra se aprende a prolongar el placer y mantener de una forma continua la sensación de orgasmo, para experimentar el éxtasis.
  • La atención plena: enseñándonos a disfrutar del tacto siendo conscientes de lo que experimentamos, aumentando la conexión sexual, corporal y espiritual con la otra persona.
  • Su práctica meditativa contribuye a una profunda conexión interpersonal de amor espiritual.
  • El encuentro erótico se produce a través de nuestros cinco sentidos, por lo que se emplea la totalidad del ser. De esta forma se resta la importancia exclusiva que tiene en occidente el contacto oral y el coito, disminuyendo así la ansiedad de ejecución.

Crecimiento espiritual mediante nuestra energía sexual

 

Dos personas nos encontramos, nos despojamos de toda contaminación mundana, llegamos a un acercamiento místico, se siente la energía, la esencia de nuestro espíritu. Es el momento de la expansión y la desinhibición; saboreamos la liberación. Nos entrelazamos encontrándonos con el amor espiritual, el éxtasis, origen de la creación.

Si aprendemos a estar plenamente presentes ante nuestra pareja, podremos experimentar lo que es disfrutar de la exquisitez de cada bocado. Tomarnos con más calma la presencia del ser amado, para disminuir nuestra agitación mental y la ansiedad anticipatoria.

Conseguimos a través del crecimiento espiritual un mayor conocimiento acerca de nosotros mismos: ampliando nuestra consciencia, disminuyendo nuestros temores y todo aquello que nos impide la entrega y abandono de nuestro ser a la experiencia.
“El espíritu le da significado a su vida, y la posibilidad de su más grande desarrollo. Pero la vida es esencia para el espíritu, ya que su verdad no es nada si no puede vivir.”
-C. G. Jung-
 
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