El ruido puede convertirse en una música de fondo que nos
acompaña a lo largo de nuestra rutina cotidiana. Sin embargo, se ha
demostrado que el ruido activa nuestro sistema nervioso e incrementa el
nivel de estrés. De hecho, varios estudios realizados cerca de grandes
aeropuertos europeos han desvelado que los niños que viven cerca de
estas zonas tienen mayores niveles de tensión arterial. En el caso de
los adultos el problema es aún mayor ya que existe una mayor incidencia
de enfermedades cardíacas e hipertensión.
Estos resultados no deben sorprendernos ya que el ruido puede
aumentar los niveles de cortisol, y cuando estos se mantienen elevados a
lo largo del tiempo terminan provocando desequilibrios en el sistema
inmunitario y en el metabolismo. De hecho, si haces la prueba, te darás
cuenta de que al pasar de un sitio con mucho ruido a un lugar
silencioso, tu cuerpo se relaja automáticamente, es como si la tensión
te abandonara.
Desgraciadamente, muy pocas personas son conscientes de la
importancia del silencio en nuestras vidas. Sin embargo, abrazar el
silencio puede provocar cambios muy positivos.
1. Te ayuda a conectar con tu “yo” más profundo. Sentarnos
en silencio, simplemente para disfrutar de la quietud, nos permite
conectar con nuestro “yo” más profundo. Ese estado de calma nos invita a
mirar dentro de nosotros, por lo que terminaremos descubriendo cosas
nuevas. De hecho, el silencio nos enseña a estar cómodos con nosotros
mismos, a sentirnos a gusto sin hacer nada, disfrutando de nuestra
compañía. Algo que muy pocas personas saben hacer.
2. Te permite estar más atentos a los detalles. Estar
tranquilos y en silencio nos ayuda a desarrollar la atención y la
concentración. De hecho, nos permite mantenernos atentos a los pequeños
detalles, abriendo considerablemente nuestra percepción del mundo.
Cuando estamos en un entorno ruidoso, nuestros sentidos simplemente se
restringen pero cuando comenzamos a abrazar el silencio nuestra
percepción se amplía.
3. Te enseña a desarrollar la gratitud. La tranquilidad nos
ayuda a ver la vida desde perspectivas diferentes. Cuando estamos a
solas con nuestros pensamientos, con total tranquilidad, podemos
comenzar a vislumbrar las mil y una razones por las cuales podemos
sentirnos agradecidos. El simple hecho de estar ahí, ya es una buena
razón para sentirse agradecidos.
4. Te motiva a abrazar la simplicidad. Cuando estamos en
silencio, apreciamos detalles que no habíamos notado. En esos momentos
nos damos cuenta de que para ser felices y tener una vida plena no
necesitamos mucho, basta aprender a disfrutar de lo que tenemos ahora
mismo. El silencio, ese estar a solas contigo mismo, te enseñará el
valor de la simplicidad para tu vida.
5. Te permite saber qué deseas. La vertiginosidad de la vida
cotidiana a menudo no solo hace que mantengamos relaciones frágiles y
superficiales con los demás sino incluso con nosotros mismos. Cuando
estamos sumidos en el ruido no tenemos tiempo para preguntarnos qué
deseamos realmente. Al contrario, el silencio estimula la introspección y
nos hace preguntarnos qué queremos y hacia dónde nos dirigimos.
6. Te ayuda a relajarte. Las primeras veces que te sientes
en silencio, sin hacer nada, te resultará muy extraño y probablemente no
dures más de cinco minutos. Esto se debe a que estás demasiado
acostumbrado al exceso de estímulos. Sin embargo, si perseveras, notarás
cómo el silencio te ayuda a relajarte, no solo a nivel mental sino
también físico.
7. Te da una lección de coraje. Muchas personas piensan que
el coraje consiste en enfrentar los miedos, pero en realidad la valentía
consiste en enfrentar nuestros propios temores. Cuando estás en
silencio a solas descubres esos miedos que están dentro de ti y que
normalmente oculta el ruido. Entonces te darás cuenta de que muchos de
ellos son infundados, y crecerás como persona.