Todo Para Entender La Asertividad

1 de febrero de 2017

Una de las cosas que aún no he sanado en mi vida es la falta de "Asertividad", el no decir las cosas cuando ocurren, el no decir lo que siento o alguien me dice o me obligue a hacer en cada momento me lleva a acumular dentro de mi esa negación que al no sacarla por no discutir o preferir callarlo dejándolo pasar al final "exploto" por algún sitio. He entendido (y me han hecho entender) que me falta asertividad y aunque ya leí un libro de Walter Riso que hablaba sobre este tema y que yo ya creía sanado, debo de reconocer que no lo he sanado aún y eso me hace hacer daño a las personas que quiero. Por lo tanto, como a ganas y empeño no me gana nadie, me he propuesto de una vez por todas meterme en el mundo de la asertividad y empaparme de ella hasta conocerla como si de mi mismo se tratara. He estado buscando por la red y recopilado varios artículos en uno, el cual voy a imprimir para leerlo y releerlo al igual que voy a leer un libro llamado "Asertividad Para Gente Extraordinaria" escrito por Eva Bach Y Anna Forés. Y otro de Herbert Fensterheim Y Jean Baer llamado -"No Diga Sí Cuando Quiera Decir No". Espero volverme lo más asertivo posible, lo necesito para, ni hacerme daño a mi, ni hacérselo a los demás. Os invito a leer este artículo que aunque es extenso, deja bien claro el tema de la Asertividad. -Antonio Rodríguez

A mucha gente esta palabra les suena totalmente desconocida. No la han oído nunca y por cómo suena no obtienen ninguna pista sobre su posible significado. ¿Sabes lo que es la asertividad? De momento te diré que es un tipo de comportamiento, una cualidad de nuestro carácter. Las personas podemos ser agresivas, pasivas o asertivas en función de cómo nos comportemos y cómo nos comuniquemos con los demás. La asertividad es el camino del medio. Ya sabes que en el punto medio dicen que se encuentra la virtud.

Si tenemos en cuenta que una persona pasiva es aquella que es incapaz de decir lo que siente, que no es capaz de defenderse cuando se siente atacado o que no puede decir que no cuando le piden algo que no está dispuesto a hacer y que la persona agresiva es justo lo contrario, la personalidad pasiva se encuentra entre ambos extremos del comportamiento humano y por ello es la más recomendable.

Podemos hablar de comportamientos pasivos, agresivos, pasivo agresivo, pero poca gente habla de comportamiento asertivo. Supongo que la falta o el no conocer el nombre hace que muchos le llamen “comportamiento normal”. Pero aún y que no seas una persona pasiva ni agresiva y que no puedas sentirte parte de ninguno de los extremos, aunque seas muy “normal” puede que no estés llevando a cabo una comunicación  ni un comportamiento asertivo. Ser asertivo consiste en saber decir las cosas cuando hay que decirlas y de una determinada manera, como hay que decirlas. Así que te recomiendo nuestro curso especializado en asertividad para que, no sólo conozcas a fondo lo que significa, sino para que puedas aplicarlo en tu propia vida: Cómo ser asertivo
Cómo definir la asertividad

Ser asertivo puede ser interpretado por muchos como ser egoísta ya que son personas que en primer lugar miran por sus propios intereses en lugar de mirar por los de los demás. Pero en realidad es el modo más correcto de comportarse, tengo varias justificaciones para que primero mires por tus intereses antes de mirar por los de los demás.

Siempre hay excepciones, y momentos en los que tienes algo muy importante pero la necesidad de otra persona es mucho más importante que la tuya. Por ejemplo no entendería, ni consideraría asertivo a alguien que deja tirada a una persona que acaba de tener un accidente para llegar puntual a una entrevista de trabajo. Sí, puede que la entrevista de trabajo sea lo más importante que tienes que hacer tú en ese momento, pero socorrer a un herido pasa por encima de cualquier necesidad personal.

Con mirar por los intereses de cada uno no me refiero a ser un insensible ni una persona que no cuida de los demás sino que tiene que sentirse feliz y satisfecho antes de ponerse a hacer felices a los demás. Si siempre predispones las necesidades ajenas no vas a sentirte realizado ni satisfecho, te sentirás explotado, ignorado, y una serie de cosas que poco a poco te harán sentir infeliz, que minarán tu autoestima y que llenarán con rencor tu interior. Si eres muy pasivo no vas a saber dar salida a ese rencor y esa rabia que sientes por que nadie te tenga en cuenta y vas a sentirte cada vez más pequeño y utilizado. ¿Cómo van a tenerte los demás en cuenta si tú no eres capaz de tener en cuenta las necesidades propias?

Aprender a decir que no es una de las cosas que más destacan de la asertividad, muchas personas quieren saber decir que no a los demás sin sentirse culpables por ello, sin tener miedo a las represalias ajenas y sin sentir que están fallando a alguien.

No siempre tienes que decir que no, obviamente, las personas asertivas son capaces perfectamente de ayudar a los demás, de ser generosos con los otros y de anteponer las necesidades ajenas a las suyas propias. Simplemente son personas que no permiten que otros se aprovechen de ellos. Quien dice que no sabe decir que no lo dice con la pena de sentir que todos se aprovechan de él.

Pero una de las facetas menos comentada de la asertividad es que puede ayudar a personas con dificultad para relacionarse con los demás a mejorar sus relaciones. Son personas que dicen las cosas de forma muy brusca y no siempre de forma oportuna. Son personas que siempre dicen lo que piensan sin importarles lo que opinen los demás o el daño que puedan hacer sus palabras o opiniones en otras personas. Una persona asertiva es incapaz de hacer eso. Siempre tiene en cuenta los sentimientos de los demás a la hora de hablar y sólo opinará cuando sea necesario que lo haga.

Una persona asertiva no va soltando sus opiniones gratuitamente y menos si puede ofender a alguien y su opinión no ha sido solicitada. Una persona agresiva disfrutará en cierto modo diciendo las cosas de forma brusca y haciendo sufrir a los demás.

La asertividad te enseña a ser respetuoso con tus propias emociones, a saber escuchar tus necesidades y las de los demás y a comunicarte de forma que no ofendas, que siempre digas lo que quieres decir. No obstante hay personas que no están preparadas para alguien asertivo, no es una herramienta con la que te aseguramos que no tendrás ningún problema. Pero sí te aseguramos que si alguien se ofende por lo que dices es por un problema de esa persona no por tu forma o momento de decir las cosas.

Si algo tiene una persona asertiva es que tiene la seguridad de ser respetuoso con los demás y con él mismo, así que nunca te podrán acusar de callar, engañar o de decir las cosas de forma que ofendan. Si quieres ser capaz de pararle los pies a alguien de forma educada, valiente y acertada la asertividad es la mejor forma de hacerlo.

 Asertividad: lista de derechos


Hoy queremos analizar una lista de derechos que corresponden a la personalidad asertiva. Es decir, si eres una persona asertiva sentirás que tienes los derechos mencionados en esta lista y harás lo posible para que sean respetados. Tener claros cuáles son tus derechos te ayuda de forma efectiva a luchar para que se cumplan. Como verás algunos son difíciles de aceptar para muchas personas y marcan la diferencia entre ser o no ser una persona asertiva.

¿Que no sabes lo que es la asertividad? Te lo cuento en pocas palabras. Asertividad es la cualidad que te permite actuar de forma proactiva en beneficio de tu propia persona pero sin herir ni molestar a los demás. Algunos lo confunden con ser egoísta, pero no se trata de eso sino de mantener nuestros derechos para que nos sintamos bien con la forma que tienen los demás de tratarnos y la forma en la que nos involucramos con los demás.

Si eres una persona que no se respeta a sí misma permitirás que los demás te falten el respeto. Aunque no creas que no te lo faltas a ti mismo cuando permites que otro lo haga lo estás haciendo tú en primer lugar. Ser asertivo te ayuda a cuidar ese aspecto de tu persona además de facilitar la comunicación con los demás y de cuidar de tu personalidad, autoestima y valores personales. Ser asertivo es el estado óptimo de una persona, que puede elegir entre ser agresiva, pasiva o asertiva. Con sus puntos intermedios y las mezclas entre ambos extremos. Lo ideal es el punto medio, para aprender a ser asertivo te recomiendo nuestro audio curso: Cómo ser asertivo.

Los derechos de toda persona

Ojo digo los derechos de toda persona y no de la personalidad asertiva ya que son derechos que nos afectan a todos. No sólo los tienen las personas asertivas, también los demás. Por tanto, cuando los leas tienes que entenderlo como que son para que los demás los apliquen en ti pero también para que tú los apliques a los demás. Ser asertivo, ante todo, es ser respetuoso, tanto con uno mismo como con los demás.

1. Derecho a ser tratado con respeto y dignidad. 
Es súper importante aprender a respetarse a uno mismo. Si tú no lo haces, no lo harán los demás. Si permites que alguien te falte el respeto estás faltando a tu derecho a ser respetado. Ese es uno de los puntos más importantes a tener en cuenta.

2. Derecho a tener y expresar los propios sentimientos y opiniones. 
¡Por supuesto! nadie te puede hacer sentir mal por lo que piensas o lo que sientes, ni tampoco por expresarlo. Puede que no les guste, están en su derecho, pero no pueden juzgarte por lo que piensas.

3. Derecho a ser escuchado y tomado en serio. 
Da igual la edad que tengas o a lo que te dediques. Da igual quién sea tu interlocutor o con quién te enfrentes. Tu opinión es tan importante como la de cualquier otro y tienes derecho a que se te escuche y a ser tomado en serio.

4. Derecho a juzgar mis necesidades, establecer mis prioridades y tomar mis propias decisiones. 
Cada uno marca el ritmo de su vida. Decide qué es lo más importante en cada momento de su existencia, pudiendo cambiar de opinión las veces que quiera, faltaría más. No dejes que nadie te diga qué es lo que tiene que ser para ti más importante. Respeta las prioridades de los demás y vive conforme a tu lista de prioridades. Por supuesto que las decisiones que tomes tienen que estar relacionadas con estas prioridades que has establecido. No puedes sentirte culpable por luchar por lo que quieres.

5. Derecho a decir “no” sin sentir culpa. 
Conforme a tus prioridades y necesidades sentirás que a veces tienes que decir que no, no puedes responder afirmativamente a todas las demandas de los demás. A veces porque no lo creas oportuno, otras por tener algo que hacer más importante… Siéntente libre de decir que no. Y por supuesto entiende y acepta que los demás te digan que no, como vemos en el siguiente punto.

6. Derecho a pedir lo que quiero, aunque debo tener en cuenta que  mi interlocutor también tiene derecho a decir “no”.

7. Derecho de opinión, idea o línea de acción. 
Todas las formas de pensar son válidas, te gusten o no las de los demás, tienes que aprender a respetarlas y a hacer que entiendan que tú tienes derecho a pensar como piensas. Por supuesto siempre tiene que haber límites y creo que el límite lo encontramos en los derechos de los demás. Si tu modo de pensar es contrario al respeto de los derechos ajenos no estás siguiendo las reglas. No dejes que te juzguen pero aprende a juzgarte tú mismo.

8. Derecho a cometer errores. 
Puedes equivocarte, puedes darte cuenta y tienes la obligación de aprender algo y de tratar que no vuelva a ocurrir. Si ocurre, como pasaba antes tienes que aceptar que te has equivocado, pero de nuevo tienes que tratar de poner todos los medios posibles para que no ocurra de nuevo y para solucionar el mal que hayas podido ocasionar.

9. Derecho a pedir información y ser informado. 
Para poder tener opinión es básico tener información. Tenemos derecho a la información y tenemos derecho a que se nos informe de las cosas que nos conciernen, sobre todo cuando se espera que expongamos nuestra opinión.

10. Derecho a obtener aquello por lo que pagué. 
Cuando has llegado a un acuerdo de conseguir algo a cambio de algo, tienes derecho a que se cumpla el trato. Ya sea con dinero o con favores. Si le has hecho un favor a alguien a cambio de que después esa persona te lo devolviera de determinada manera, es decir habéis pactado un intercambio, tienes derecho a que se cumpla. Si has pagado un dinero por algo tienes derecho a que

11. Derecho a ser independiente. 
Tienes derecho a vivir tu vida de forma independiente, sin que nadie te diga qué pensar y qué sentir. Nadie tiene derecho a decir cómo tienes que sentirte. Nadie tiene derecho a obligarte a depender de él, si puedes valerte por ti mismo nadie tiene derecho a retenerte ni a hacer que hagas cosas en contra de tu voluntad.

12. Derecho a decidir qué hacer con mis problemas, cuerpo, tiempo, etc., mientras no se violen los derechos de otras personas. 
Tú tomas tus propias decisiones, por tanto eres el único responsable de lo que decides. Puedes decidir lo que quieras te convenga o no, siempre y cuando no comprometas a terceras personas ya sea en su estabilidad, seguridad o algún otro derecho. Ya sabes lo que dicen: la libertad de una persona termina donde empieza la de otra. Así pues, si tomas decisiones que afectan a otras personas tienes que tener en cuenta sus derechos. No puedes decidir por tus hijos o tu pareja sin tener en cuenta lo que ellos merecen, necesitan o esperan.

13. Derecho a tener éxito. 
Por supuesto que no te puedes sentir culpable por tener éxito ni porque las cosas te vayan bien. La gente tiene mucha envidia, no todo el mundo pero hay personas que no llevan bien el éxito de los demás, por lo que muchas personas exitosas tienen a desmerecerse o a ocultar su éxito para no ser castigadas.

14. Derecho a gozar y disfrutar. 
Pasarlo bien y ser feliz es la segunda meta en la vida de toda persona, la primera es sobrevivir. Cuando esto está garantizado a lo que aspiramos es a pasarlo bien, por tanto, igual que en el caso del éxito, no tienes que sentirte culpable de disfrutar, de pasarlo bien, de reírte y de ser feliz.

15. Derecho a mi descanso y aislamiento. 
Tienes derecho a querer estar solo, a querer descansar, a sentirte relajado. Puedes pedirlo y exigir que se respete. Si no quieres estar con gente y quieres disfrutar de momentos de soledad tienes derecho a ello. No pueden obligarte a compartir ni tus momentos buenos ni los malos. Si decides que quieres vivir determinados momentos de tu vida en soledad puedes hacerlo. Aunque siempre es mejor compartir penas y alegrías con quien te quiere es totalmente humano y recomendable querer tener momentos de intimidad.

16. Derecho a superarme. 
Por supuesto que tienes derecho a crecer como persona. Es una de las bases de la asertividad. Permítete crecer y superarte día a día y motívate para que así sea. No permitas que nadie te corte las alas.

17. Derecho a no ejercer estos derechos. 
Puedes optar por no ejercer estos derechos, por permitir que alguien te manipule o no te respete. Pero ten en cuenta que la persona asertiva sabe lo que hace para conseguir su objetivo. Si lo estimas necesario para conseguir tu fin puedes no ejercer ninguno de estos derechos.

Ser asertivo es todo un proceso, que te llevará a no generar conflictos ni estrés innecesario y a vivir de  una manera mucho más consciente y respetuosa. Las personalidades triunfadoras suelen ser asertivas, también los que son considerados carismáticos.

18. Tener nuestros propios sentimientos y a ser los únicos que los juzgamos 
No permitas que nadie te haga sentir mal por lo que sientes. Cada uno sabe lo que siente, si los demás no te entienden es por falta de información, de referentes, por falta de empatía… El problema no lo tienes tú. Lo que sientes no puede ser negativo. Si lo que sientes no te gusta es porque te indica algo que debe cambiar. Alguien que se siente mal por no ser buena madre, por ejemplo, lo que tiene que hacer es hacerle caso a ese sentimiento y cambiar su modo de actuar para mejorarlo. Así que nadie te puede hacer sentir mal por lo que tienes. No juzgues tampoco a los demás por lo que sienten.

Puede que no lo comprendas, que nunca te hayas visto en una situación similar a la que viven ellos y que aunque así sea, tú eres una persona distinta a la que le han pasado cosas diferentes en la via, por tanto tus experiencias pueden ser muy distintas de las de otro. Cada persona es lo que es por lo que ha vivido y por su forma de enfrentarse a las cosas. Así que aunque no entiendas lo que sienten los demás, no los juzgues.

19. Tienes derecho a protestar cuando alguien es injusto contigo 
Si controlas el negativismo, si eres capaz de tolerar y superar la frustración, cuando sientes que alguien es injusto contigo tienes que ser capaz de decirlo. Hablo de negativismo y frustración ya que muchas personas que no tienen una buena gestión emocional y ven las cosas desde un punto de vista negativo suelen encontrar injusto el modo en el que les tratan.

20. Tienes derecho a cambiar lo que no te gusta 
Si es algo en concreto puedes luchar por cambiarlo. Hay una frase que me gusta mucho y que dice así: no seas parte del problema, sé parte de la solución. Así pues si algo no te gusta no te limites a quejarte sino haz algo que pueda cambiarlo o por lo menos que ayude a solucionar el problema. Hablarlo de forma amable y respetuosa puede ser un buen primer paso.

21. Tienes derecho a tomar un tiempo para pensar antes de actuar 
Como te decía justo en el párrafo anterior, tienes que ser capaz de procesar mucha información, de forma simultánea en un corto lapso de tiempo. Si le metes prisa a tu cerebro estarás obviando información expresamente. Así que date un tiempo para ser capaz de valorar, analizar y pensar la información que has recibido y cuál es el mejor modo de actuar. Más vale actuar un poco tarde y bien que demasiado rápido y mal.

Tienes que ser consciente de que esto es un proceso y que requiere su tiempo. Así que toma paciencia y aprende a aprender, con cariño, con cuidado, con mucha consciencia de lo que haces. Verás que si te tomas tu tiempo no sólo haces las cosas mejor sino que no te exiges demasiado, la presión es menor y el estrés se reduce. Además aprenderás a entender y a esperar que los demás necesiten su tiempo para procesar la información y dar respuesta a tus demandas.

22. Tienes derecho a no hacer todo lo que puedas 
Esto cuesta bastante de entender, nos educan haciéndonos creer que quien hace lo que puede no está obligado a más. No es una mala filosofía, pero se olvidan de decirnos que no es necesario que hagas todo lo que puedas. No porque algo esté en tu poder tienes que hacerlo. Imagina que eres un jefe de personal y tienes el poder de contratar a alguien. Una vecina tiene un hijo problemático y te pide que le contrates para que no esté en la calle.

Tienes el poder de hacerlo, pero crees que va a ser totalmente perjudicial para tu empresa así que puedes decidir no hacerlo. Esto es algo que más o menos se entiende pero cuando nos metemos en terrenos mucho más personales o un chantaje emocional es mucho más difícil pensar con claridad. Así que te recuerdo que tienes derecho a no hacer todo lo que puedes. Tienes derecho a elegir a quién ayudas y cómo lo haces, a qué destinas tu esfuerzo y tu energía.  Por supuesto que tienes que aceptar y entender que los otros lo hagan contigo. Si eres la madre del niño problemático entenderás y aceptarás que tu vecino no quiera contratarle.

23. Tienes derecho a sentir dolor y a expresarlo 
Sentir dolor es algo humano, no tienes que sentirte mal por estar dolido. A veces creemos que solo podemos sentirnos dolidos o apenados por cosas graves. Pero ya has aprendido que no tienes que limitar lo que sientes ni castigarte por ello. Puedes juzgarte a ti mismo, para ver qué es lo que está mal y lo que puedes mejorar. Recuerda que puedes cambiar las cosas. Pero si te sientes dolido y triste tienes todo el derecho del mundo a expresarlo tantas veces como lo necesites. Escucha a los demás cuando lo hagan y no les digas que no pueden sentir eso.

24. Tienes derecho a no hacer caso de los consejos de los demás 
Haz lo que te parezca mejor a ti. No tienes ninguna obligación de seguir los consejos de los demás, a no ser que no sean consejos sino recomendaciones laborales. Como siempre tu objetivo es lo que no puedes perder de vista y si un consejo de tu jefe no es escuchado y puedes perder el trabajo por ello, te recomiendo que no hagas caso de este consejo. Siempre haz lo que mejor te parezca siempre y cuando no te aleje de tu objetivo.

La asertividad es algo que se puede aprender y entrenar de forma sencilla, pero con esfuerzo, si te cuentan cómo hacerlo.

25. Tienes derecho a no justificarte ante nadie 
Igual que tenías derecho a no seguir los consejos de nadie, tienes derecho a no dar explicaciones. Sientes lo que sientes, haces lo que haces y nadie tiene derecho a pedirte explicaciones. Las das cuando tú crees que es necesario hacerlo y a quién quieras dárselas. Por tanto, aplícate esta misma máxima para tu trato con el resto de personas: No vas a pedir explicaciones a nadie. No tienes derecho a pedirlas. Si alguien considera necesario dártelas ya lo hará. Le escucharás y te tomarás un tiempo, como ya vimos, para analizar qué tienes que hacer. La prisa no es una buena consejera, normalmente

26. Tienes derecho a no ser responsable de los problemas de nadie 
Los adultos tomamos nuestras propias decisiones, tenemos derecho a no dar explicaciones a nadie, a no seguir los consejos de nadie, a no permitir que nos juzguen por lo que sentimos… Todo esto lleva a una aceptación de la individualidad, cada persona es lo que es y hace lo que hace, que se supone que es lo que le parece mejor. Puedes ayudar a alguien siempre que quieras pero no debes sentir que eres responsable de los problemas de nadie. Nuestras malas decisiones son nuestras, por mucho que tú hayas tenido algo que ver con la mala decisión de alguien siempre es la otra persona la que toma la iniciativa, o debería hacerlo.

Acepta que tus problemas son tuyos y nadie va a ser responsable de ellos. Eres tú el que tiene que buscar la manera de solucionarlos, por mucho que esa pase por pedir ayuda. Deberás ser tú el que pida ayuda y no sentirte mal si nadie la ofrece sin que la pidas. Nadie es responsable de tus problemas más allá de lo que tú lo eres.

27. Tienes derecho a no vivir pendiente de las necesidades de los demás, que pidan y no esperen que adivines 
Tal como decía en el punto anterior, tus problemas son tuyos, los de los demás te son ajenos. Así que no puedes esperar a que adivinen lo que necesitas ni vivir estando pendiente de lo que necesitan los demás. Cada uno con lo suyo, quien necesite algo que lo pida. Tienes derecho a pedir ayuda y tienes derecho a negarsela a alguien. Siempre y cuando se cumplan las leyes, por suerte la ley te obliga a auxiliar a alguien cuya vida está en peligro, por ejemplo un accidentado. Eso sí, siempre y cuando la tuya no se ponga en riesgo. Ese es el límite. Para el resto de favores, mira lo que sientes y decide tú mismo.

Ventajas de tener una personalidad asertiva

Ser asertivo no es algo que todos entiendan y muchas personas tienen, como se dice habitualmente, la piel demasiado fina y no consienten que nadie les lleve la contraria, sea o no de forma asertiva. Ser asertivo te da la capacidad de poder ver las cosas desde un punto de vista neutro y de aprender a aceptar que no todos tienen que estar contentos y conformes con tu manera de actuar. Aún y no haber sido bien aceptada, gracias a la asertividad podrás ver que era lo mejor que podías hacer y no perderás el tiempo lamentándote o echándote culpas que no tienes y que no tienes porque llevar encima.

Si eres una persona asertiva aprenderás a no dejarte llevar por tus emociones, por lo que podrás controlar mejor la situación y sopesar si vale la pena una actuación u otra, en función de cuál es tu objetivo no de lo que te hace sentir cada situación.

No causarás estrés a los demás, ni serás protagonista de situaciones tensas. Si eres capaz de actuar conforme a tus objetivos sabrás diferenciar claramente qué es lo que te conviene y lo que no, en función de lo que más te convenga serás capaz de expresar tus sentimientos o necesidades.

Fomentas tu propio crecimiento personal. Me gusta mucho la frase que dice: no seas el problema, sé parte de la solución. Vale, puede que tú no tengas la solución para todo, pero si no aspiras a ser la solución sino parte de ella te irá mucho mejor. Que por ti no quede. Ser asertivo te ayuda a no ser el problema sino a formar parte de la solución. Vale la pena cambiar el punto de vista.

La asertividad es vista por algunos como madurez, por tanto si quieres comportarte como una persona madura y ser vista como tal, tienes que aprender a fondo de qué se trata la asertividad y cómo llevarla a cabo en tu día a día.  Es básico que lo entiendas y lo aceptes, cuando interiorices todos los derechos de la persona asertiva sentirás que dejas un gran peso y te sentirás mucho más ligero y flexible.

La asertividad te permite liberarte de culpas y por tanto te permite vivir mucho más libre. Además hace que no te sientas en la obligación de tener que hacer lo que otra persona quiere. Si eres alguien que vive sometido a los deseos de otras personas, que siempre tiene que seguir sus consejos y que no se permite pensar de forma individual sino siempre como parte de un grupo, la asertividad te hace mucha falta.

Si practicas la asertividad estarás tratando bien a tu autoestima. Con la autoestima alta es más fácil, mucho más fácil ser asertivo, pero también lo es al revés, si te respetas a ti mismo te sentirás mejor valorado. Además la asertividad comporta la exigencia a los demás a que te traten con el mismo respeto que te trates tú. Por tanto, la asertividad colabora en mejorar tu autoestima y tu seguridad en ti mismo.

Forjarás un vínculo de comunicación emocional con el resto de personas por lo que el vínculo puede ser mucho más fuerte y mucho más real. Dejarás de esperar cosas de los demás y no te sentirás mal si no les das lo que ellos esperan. Ser asertivo implica no esperar nada de los demás. Solucionar tus propios problemas y no sentirte responsable de los problemas de los demás.

Si te comportas de forma asertiva serás respetado y mejor valorado por las personas que te rodean. La asertividad es muy buena para el entorno laboral en el que a menudo ocurren situaciones en las que unos someten a otros a su voluntad y no siempre es en beneficio del negocio sino de los intereses propios de una sola persona.

Así, que si eres asertivo te irá mucho mejor en el trabajo, no olvides que ser asertivo significa expresar lo que sientes pero siempre teniendo en cuenta tus objetivos y si para conseguir tu objetivo es mejor que no digas nada, no lo harás. Saber prevenir la jugada es algo que te interesa como persona asertiva.

Además puedes cambiar el modo en el que te ven los demás y dejar de ser percibido como alguien que no cuenta para nada, que no tiene opinión o simplemente pasarás a ser percibido si ahora nadie nota tu presencia. Si no te gusta destacar, no te preocupes, la asertividad no impone modos de comportarse, cada uno seguirá teniendo su propio caracter pero aprenderá a decir las cosas cuando tiene que decirlas de modo que no moleste a los demás. Es la capacidad de ser amable y hablar en el momento oportuno, no puede ser mejor.

Ser asertivo también te permite ser considerada una persona educada pero además te da tiempo y otras herramientas para planificar tus diálogos o negociaciones. Si eres asertivo puedes tener una relación mucho más franca con todo el mundo que te rodea sin necesidad de intimar con quien no quieras.

Simplemente aprenderás a comunicarte de forma eficaz y eficiente. Aprenderás a valorarte a ti mismo y a respetarte al mismo nivel en el que respetas a los demás. La asertividad, como me gusta decir siempre, es el camino del medio, por tanto el más corto y más fácil para llegar a conseguir lo que quieres. Si tienes una buena relación con la gente que te rodea y te sientes bien contigo mismo será mucho más fácil vivir de forma optimista. Ya sabes que si miras las cosas de forma positiva todo es mucho más bonito, es como un filtro que le pones a la realidad. Siempre hay uno así que tú eliges si es positivo o negativo.

Cómo tener una conversación asertiva.


¿Cuáles son los métodos de comunicación que funcionan con la asertividad? ¿Qué tienes que tener en cuenta a la hora de tener una conversació asertivaç? ¿Hay trucos para ser asertivo y que el otro lo entienda como tal?

Sí, hay técnicas de conversación y de lenguaje corporal que puedes usar en la asertividad. Hay trucos que te funcionarán para tener conversaciones asertivas con personas con quien tienes un conflicto o a quien todavía no conoces. Si usas este tipo de técnicas podrás llevar a mejor puerto una negociación. La asertividad en este caso te ayudará a dejar claros tus puntos de vista y a poner tus exigencias sobre la mesa a la vez que la otra persona se siente comprendida, no agredida, y con sus intereses respetados. Si quieres usar la asertividad para la negociación, te servirá para no dejarte pisar y acabar consiguiendo parte de lo que quieres. Pero ten en cuenta que una negociación siempre es un intercambio entre partes. Uno no va a ceder nada si no obtiene algo a cambio. No puedes obligar a alguien a ceder a tus deseos si precisamente es lo que quieres evitar tú. En una negociación exitosa las dos partes tienen que salir ganando.

La asertividad te ayudará en otras facetas de tu vida, tanto si eres una persona con un estilo comunicativo más agresivo o si eres una de esas personas que por no molestar o no ofender no son capaces de poner impedimentos a que los demás hagan lo que quieran con ellos. Si eres de los que prefiere callar antes que decir lo que piensa por miedo a ofender hoy te explicaremos las claves para hablar sin molestar. La asertividad es todo lo que necesitas para llegar a conseguirlo, y para entrenarte en asertividad te recomiendo nuestro curso Cómo ser asertivo.

Las claves para una comunicación asertiva

Vamos a ver algunas de las claves para que una comunicación sea asertiva y exitosa. Tienes que tener en cuenta todo esto que vamos a ver hoy más lo que iremos publicando en el siguiente o los siguientes artículos. Todo es importante para tener una comunicación asertiva, que te recuerdo que es la que necesitas para respetar tus necesidades y deseos sin herir a los demás. Ni pisar ni dejarte pisar, de eso se trata la asertividad.

La proximidad 
La comunicación asertiva es próxima. A diferencia de la pasiva y de la agresiva en la que hay distancia, la asertiva es una comunicación próxima. Una comunicación pasiva te lleva a que los demás pasen de ti y decidan por ti, te pisen y te ignoren. Una comunicación agresiva te llevará a que los demás se aparten de ti, y tú los pises a ellos, por lo menos comunicativamente. Puedes encontrar a alguien como tú que sea ofensivo hablando o grite cuando le gritan. No vas a llegar a acuerdos y si consigues que los demás hagan algo será por la fuerza o la imposición, definitivamente habrás pisado tú a los demás.

Para tener una comunicación de proximidad es necesario que cumplas con las siguientes condiciones:

Llama a cada uno por su nombre
Una clave para la proximidad es tratar de forma cercana a la otra persona. Conocer a la otra persona es imprescindible. Para ello nada mejor que empezar demostrando que conocemos su nombre. Saluda usando el nombre de la otra persona, esto es un gran símbolo de cercanía. Además deberás usar su nombre a lo largo de la conversación un par de veces más. Para despedirte usa su nombre o un apelativo cariñoso si hay mucha confianza.

Tócale 
Saluda besando a la otra persona si hay confianza, si no dale la mano de forma amigable. Usa otros trucos de lenguaje corporal para saludar de forma cercana. Tócale si es posible durante la conversación, eso también te hará ganar cercanía.

Mírale a los ojos
No te olvides de mirar a los ojos a la persona con la que hablas. Si miras a los lados entenderá que estás distraído, miedosa o que no tienes confianza suficiente como para afrontar la situación o en lo que quieres decir, si estás negociando algo o intentando ganarte el respeto de alguien y no le miras a los ojos le estás diciendo que crees que no te lo mereces.

Tu forma de hablar

El tono que usas 
El tono es súper importante a la hora de hablar. Muestra seguridad pero no avasalles. Si algo tiene que transmitir tu tono de voz es tranquilidad. Huye de querer dar pena o de ir con un tono lacrimógeno o depresivo, si vas así será mucho más fácil pisarte ya que tú misma te estás tirando por el suelo.

El vocabulario elegido 
Junto al tono que usas, el vocabulario elegido es lo más importante en este tipo de conversaciones. Un vocabulario lo más neutro posible y que sea fácil de entender para todos los públicos te ayudará. No trates a tu interlocutor de tonto, puedes hablar a su nivel, pero evita ponerte en plan político que lanza un discurso para hablar con alguien que no tiene esa capacidad retórica. Sé sencilla y lo más transparente posible y tus conversaciones serán mucho más efectivas.

La asertividad es algo que se puede aprender y que se puede mejorar. Puedes recibir un entrenamiento especializado para que cambies no solo tu forma de comunicarte sino también de ver la vida. La asertividad está dentro de tu cabeza y es una forma de pensamiento, un modo de ver la vida.

La mayoría de personas que no tienen un comportamiento asertivo lo hacen debido a una serie de creencias erróneas sobre ellos mismos o la vida.

Ser asertivo es una forma de pensar. No es ser egoísta poner los sentimientos y necesidades de uno en primer lugar. Piensa en lo que se dice siempre: para hacer felices a oros primero tienes que ser feliz tú. La asertividad te ayuda a recorrer ese camino.

Técnicas para tener una conversación asertiva

 

El lenguaje corporal 
El lenguaje corporal merece un apartado especial, así que te recomiendo que bucees en nuestro blog y leas todo lo relacionado con el tema. Se trata de expresar seguridad y cercanía con el lenguaje corporal, para conseguirlo te servirás de tu mirada, de la posición de tu cuerpo, de la forma de estrechar las manos o tocar a la otra persona cuando hablas. El quid de la cuestión en este caso es ser cercano y accesible, pero sin invadir excesivamente el espacio de la otra persona.

Demostrar empatía con la otra persona 
Una clave para demostrar que estás teniendo una conversación asertiva es demostrar empatía hacia la otra persona. Para ello tienes que demostrar que entiendes perfectamente lo que te está contando o sus condiciones de negociación. ¿Cómo dejar claro que le entiendes aunque no compartas su opinión?

Repetir lo que ha dicho 
Para dejar claro que lo entiendes aunque no estés de acuerdo con lo que dice es básico que repitas lo que te está diciendo, bien con sus propias palabras o con las tuyas, mejor si resumes con tus palabras lo que te está diciendo. Ojo, no añadas ningún tono de voz raro a lo que dices, simplemente estás haciendo saber que has captado el mensaje, con tu tono de voz no tienes que transmitir qué te parece el mensaje.

Imagina que estás teniendo una conversación complicada, muy difícil para ti, de las que sabes que terminan mal.  El ejemplo es una tontería, pero sirve para que te imagines las frases con distintos tonos de voz. Por ejemplo, si alguien te dice: “quiero que vengas a las ocho”, y a ti te parece una locura, le dirás: “entiendo que necesites que venga a las ocho, pero me es totalmente imposible”. Si lo dices en un tono de voz neutro y relajado funcionará.  En cambio, si dices “quieres que venga a las ocho?” con un tono de voz que demuestra enfado, estupefacción, indignación, sorpresa o lo que sea y luego añades “imposible”. Lo más fácil es que la otra persona se enfade contigo. Así que repetir los términos de la conversación es importante pero hazlo en un tono neutro para demostrar que escuchas y que entiendes.

Centrarte en el tema 
Recuperar el tema de conversación que te ocupa si se va por las ramas. Si se está centrando en una crítica personal y era una reunión de negocios centra de nuevo el tema, recuerda a lo que has venido o para lo que se ha acordado la reunión y retoma el tema principal.

Por otra parte si la conversación es personal y se está desviando del tema, céntrala de nuevo diciendo que quieres hablar de algo en concreto.

Poner límites 
Tienes que tener claro que mostrar empatía y centrarte en el tema es una forma de poner límites indirecta. Si es necesario expondrás tus límites de forma clara diciendo que no te gusta cómo te hace sentir lo que insinúa o dice abiertamente la otra persona o avisando de que si sigue hablándote con determinado tono de voz tendrás que dar por terminada la conversación.

Tú puedes elegir cómo y con quien hablas y siempre que sientas que tus derechos se está vulnerando tienes el deber, como persona asertiva, de hacer saber a la otra persona que está traspasando tus límites.

La asertividad, como decía al principio va más allá de aprender a decir las cosas de una forma concreta, no se trata de hablar de la forma más beneficiosa para ti, que también  sino  que se trata de ver las cosas  desde un punto de vista asertivo, por tanto poco beligerante. Algo que no puedes perder de vista en las conversaciones asertivas es tu objetivo. Lee un artículo en el que hablábamos a fondo sobre el objetivo en el camino a la asertividad.

Ten siempre presente tu objetivo final a la hora de comunicarte, de hacer renuncias o concesiones y recuerda que si se trata de una negociación lo recomendable es que las dos partes salgan beneficiadas, los acuerdos son precisamente los puntos comunes entre dos partes, para llegar a ellos a menudo hace falta renunciar y conceder.

Las cinco claves de la Asertividad

 

Se entiende por asertividad la capacidad del ser humano de expresar o comunicar sus opiniones y sentimientos, pero para que esta comunicación sea correcta tiene que contar con el añadido que nuestras opiniones, sentimientos y necesidades no ofenderán al otro ni serán expresadas de forma agresiva. Podríamos decir que la asertividad es dejar claro lo que uno piensa, sin interferir en los derechos de los demás. Esto incluye no gritar, no ofender, no dar lecciones, no juzgar…

No es tan simple como parece a primera vista ya que muchas personas creen tener un comportamiento asertivo cuando en realidad lo tienen agresivo. Sí, dicen lo que piensan pero no les importa lo que sienten los demás o los daños que causa aquello que dicen. En el otro extremo están los que dicen no ofender nunca a nadie, pero tampoco se hacen oír. Esos son los pasivos. También tenemos a personas que aparentemente son asertivas ya que no ofenden y se hacen oír, pero que lo hacen siempre, absolutamente siempre tienen algo que decir, algo de lo que quejarse y algo por lo que estar en contra. Esas personas no son asertivas ya que no cumplen una de las 5 claves. Ahora las vemos.

Aprende a decir que no 
En primer lugar tienes que aprender a decir que no. Esta es una de las cosas más populares de la asertividad. La mayoría de la gente cree que ser asertivo es tener la capacidad de decir que no. Y lo es, pero es mucho más como veremos a continuación.

Decir que no, forma parte de tu deber en la comunicación asertiva y es en lo que consiste ser capaz de expresar tu opinión. Decir que sí, no suele suponer ningún problema así que no lo contamos, pero decir que no, suele suponerlo ya que tienes que negarte a algo que te piden o estar en contra de una propuesta. Tienes que ser capaz de expresar tu negativa sin culpabilidad, sin vergüenza y sin miedo. Una vez has dicho que no, no te sientas culpable, avergonzado o temeroso de las represalias. Estás en tu derecho de decir NO.

Habla siempre por ti 
Una misma cosa se puede expresar de muchas formas y desde distintos puntos de vista. Por ejemplo una pareja que tenga problemas domésticos podría tener una conversación parecida a esta:

    No haces nada en casa.

Cuando lo más asertivo sería decir:

    No puedo llevar el peso de la casa yo sola.
    Necesito que compartas ciertas tareas conmigo
    Estoy cansado de tener que hacerlo yo

Habla siempre en primera persona exponiendo lo que sientes no lo que crees que hace mal el otro. Así no criticarás su actitud sino que expondrás cómo te hace sentir. De este modo estás hablando de ti y no de la otra persona al exponer tu opinión.

Formula frases simples, sin disculpas ni explicaciones excesivas 
Relacionado con el punto anterior, cuanto más simples sean tus frases y menos explicaciones ofrezcas, más clara quedará tu postura. Piensa que si te tienes que justificar es porque crees que algo no es correcto, solo te justificas o pides disculpas por lo que crees que está mal. Seguro que no pides perdón por sonreír, ¿verdad? Pues no pidas perdón por pensar lo contrario a alguien. Tener pensamientos propios es lícito. Cuanto más te metas en explicaciones más sonará a excusas y a justificación y mejor podrán tenerlo para convencerte ya que tus propias excusas y justificaciones servirán al otro para encontrar argumentos en contra de lo que dices.

Así que si tu objetivo es la asertividad, sé simple, no te disculpes por lo que piensas y no justifiques tus decisiones en exceso. Puedes decir “no puedo tengo otros planes” o “no puedo ya he quedado”. Si empiezas a decir: “No puedo, es que he quedado con mi madre, que necesita que le echen una mano para… ” te estás metiendo en un jardín. Siempre puedes decir “No puedo, tengo que echarle una mano a mi madre” y ya.

Por otra parte si lo que quieres es decir no quiero, di no quiero. No digas no puedo esperando a que lo acepten, porque tal vez te den una alternativa. Si no puedes hoy, tal vez puedas mañana. Si lo que pasa es que no te apetece o te piden un favor que no quieres hacer díselo. Sin pedir perdón, sin excusas. “No puedo ayudarte”, siempre es mejor, que “es que hoy no me va bien”.

No te enfades 
Si alguien está en contra de lo que dices es totalmente lícito que lo sienta así. Igual que si no entienden o no comparten tu postura. Piensa que tú no compartes la de ellos y lo has expresado calmadamente, sin ofender y de un modo sencillo. Si no te entienden ya lo harán, o no. Ese no es tu problema. En serio, no te preocupes por lo que los demás piensan de ti, vive tu vida y deja de hacer lo que no quieres por el qué pensarán de ti. Haces lo que ellos quieren y ¿te sirve de algo? Normalmente tampoco lo valoran así que no te preocupes si esas personas se enfadan. No te enfades y sigue tu camino. Ser asertivo implica recibir críticas y aceptarlas.

Elige tus batallas 
No puedes protestar por todo. Ten claro cuál es tu objetivo al final y si hablar o exponer lo que sientes te va a alejar de tu objetivo tenlo en mente para callar tus opiniones en pro del objetivo final. No hace falta participar en todas las batallas, aprende a elegirlas y vivirás mucho más tranquilo. Saber callar también es importante, sobre todo de cara a la imagen que los demás tengan de ti y a evitar enfrentamientos.

No todo el mundo es asertivo y por mucho que tú te comportes de una forma asertiva te encontrarás personas que no lo son así que no pierdas energía con ellas, no vale la pena.

La asertividad y la escucha activa


La escucha activa implica captar la totalidad del mensaje e interpretarlo desde el punto de vista de nuestro interlocutor. Ponernos en su lugar, no quiere decir que compartamos su opinión. Su mensaje puede contener afirmaciones, ataques o peticiones cuya aceptación por nuestra parte puede acarrear problemas para nosotros. Ante estas afirmaciones, ataques o peticiones nos vemos obligados a decirle “no” a nuestro interlocutor, pero sin crear un conflicto.

La asertividad es la virtud de saber decir "no" sin ser agresivo, es decir, la capacidad de decir "no" a nuestro interlocutor sin crear un conflicto.

La asertividad y la escucha activa no son conceptos contrapuestos. Es más, debemos ser asertivos mientras practicamos la escucha activa. Cuando nos encontremos ante afirmaciones, ataques o peticiones que no podamos hacer frente, debemos comunicárselo claramente, honestamente y con el máximo respeto.

Existen tres tipos de personas:

    - Las personas asertivas por naturaleza: aquellas que ante los conflictos se comportan asertivamente de una forma natural.
    - Las personas no asertivas: aquellas que ante los conflictos tienen serios problemas para decir “no”, dejando que otros se aprovechen de las circunstancias.
    - Las personas agresivas: aquellas que ante los conflictos presentan un comportamiento agresivo, alimentando la espiral del conflicto y llegando incluso a cortar la comunicación.

Hay gente que se comporta con asertividad normalmente. Pero, ¿pueden aprender a ser asertivos aquellos que por su carácter no lo son? La respuesta es sí. La asertividad es un hábito de conducta, y como tal, se puede aprender.

Te presentamos las técnicas para ser asertivos mientras practicamos la escucha activa:

a) Aceptar el argumento y replicar con el nuestro. Cuando una persona ejerce presión sobre nosotros empleando sus argumentos, la respuesta que menos espera oír es "sí". Si aceptamos su argumento o parte de él, el interlocutor experimentará un cambio que le llevará a escuchar nuestro argumento más receptivamente.

b) Utilizar la técnica del disco rayado, la cual consiste en repetir la negativa de manera insistente. Podemos emplear frases tales como:

    “Me gustaría, pero con los medios actuales es imposible afrontar tu petición...”
    “Entiendo que quiere conseguir esta petición, pero me es totalmente imposible...”
    “Aún así, no podemos...”
    “A pesar de todo no podemos hacer frente a esas exigencias...”

c) Adoptar el lenguaje corporal correcto, es decir, respetar la distancia con nuestro interlocutor, posición relajada, erguido, hombros rectos, contacto visual directo, tono de voz cálida y enfatizar las palabras con el gesto de las manos abiertas hacia arriba.

Técnicas o conductas asertivas


Son el conjunto de formas de aplicar esta técnica, ya que hay muchas formas de aplicarla y para cada interlocutor una puede tener un mejor resultado que otra

Disco rayado
Consiste en la repetición ecuánime de una frase que exprese claramente lo que deseamos de la otra persona. Esta conducta asertiva nos permite insistir en nuestros legítimos deseos sin caer en trampas verbales manipuladoras del interlocutor y sin dejarnos desviar del tema que nos importa, hasta lograr nuestro objetivo.

Asertividad positiva
Esta forma de conducta asertiva consiste en expresar auténtico afecto y aprecio por otras personas. La asertividad positiva supone que uno mantiene bien abiertos los ojos del corazón a lo bueno y valioso que hay en los demás, que siempre lo hay.. y, habiéndose dado cuenta de ello, la persona asertiva está dispuesta a reconocer generosamente eso bueno y valioso y a comunicarlo de manera verbal o no-verbal...
La aserción negativa

La aserción negativa, por el otro lado es la expresión de acordancia con la crítica sin amainar en tus reivindicaciones.

Asertividad empática
Este tipo de asertividad consiste en afirmar claramente nuestros derechos y expresar nuestros sentimientos negativos después de haber reconocido adecuadamente la situación o los sentimientos del interlocutor. Esta conducta empática es frecuentemente eficaz, pues hay bastantes personas que responden positivamente si primero se les reconoce, se les entiende, se les habla de buenos modos.. y, por añadidura, el esfuerzo, por ser empático reduce la probabilidad de ser agresivo.

Asertividad progresiva
Si el otro no responde satisfactoriamente a la asertividad empática y continúa violando nuestros derechos, uno insiste con mayor firmeza y sin agresividad.

Asertividad confrontativa
El comportamiento asertivo confrontativo resulta útil cuando percibimos una aparente contradicción entre las palabras y los hechos de nuestro interlocutor. Entonces se describe lo que el otro dijo que haría y lo que realmente hizo; luego se expresa claramente lo que uno desea. Con serenidad en la voz y en las palabras, sin tono de acusación o de condena, me limito a indagar, a preguntar, y luego expreso directamente un deseo legítimo.

Enunciados en primera persona
Procedimiento: describir la conducta no deseada del otro; expresar el sentimiento negativo que nos provoca; explicar la conducta deseada; comentar las consecuencias beneficiosas del cambio deseado y, si éste no se produjera, las consecuencias negativas de tal posibilidad. Y todo ello con objetividad y serenidad en palabras, gestos y tono de voz.

Banco de niebla
Otra técnica sugerida por algunos es el Banco de Niebla, que consisten en encontrar algún punto limitado de verdad en el que puedes estar de acuerdo con lo que tu antagonista está diciendo. Dicho más expresadamente puedes estar de acuerdo en parte o de acuerdo en principio.

Interrogación negativa
La interrogación negativa consiste en solicitar más desarrollo en una afirmación o afirmaciones de contenido crítico procedentes de otra persona. El objetivo es llegar a evidenciar si se trata de una crítica constructiva o manipulativa. 
 
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