¿Qué
sentido tiene discutir con la vida tal y como es? El ego contesta: “Sí,
pero si dejo de resistirme a lo que es, el cambio nunca se dará, las
cosas seguirán igual, o empeorarán…”
Claro, el ego no comprende los ancestrales misterios del cambio y el sanar. Éste realmente cree que – en las relaciones, en nuestra carrera, en las decisiones de vida, en los asuntos mundiales
– la paz sólo es posible a través de la guerra, que el cambio real sólo puede darse a través de odiar este momento y desear desesperadamente estar en otro lugar.
He aquí la paradoja del cambio. Cuando nos cansamos de la violencia interna, cuando dejamos de estar en guerra con cómo son las cosas en este momento, cuando dejamos de discutir con la escena presente de la película de nuestras vidas, descansamos.
Y entonces, desde un lugar de paz y profunda conexión con el suelo del Ahora, nuevos horizontes se abren, posibilidades hasta ahora inexploradas se revelan.
Se establecen nuevas conexiones, surgen nuevas respuestas. Desde un lugar de ecuanimidad y aceptación, las cosas que antes parecían seguras ahora no parecen tan seguras, los obstáculos dejan de ser obstáculos, los obsoletos futuros comienzan a colapsar y los nuevos futuros se hacen posibles.
Las energías que parecían ser intolerables hace un momento ahora son admitidas, para moverse, para expresarse y liberar su poder creativo y sanador. Debido a que nuestros ojos están abiertos, nuevos detalles se hacen aparentes en la presente escena, detalles a los que nos habíamos vueltos ciegos ante nuestra prisa por conseguir “un mejor futuro”.
Desde un lugar de paz, podemos dar el siguiente paso muy fácilmente. Y a veces, el siguiente paso implica no dar ningún paso en absoluto, sino enamorarnos profundamente de este momento. Esto
NO es lo mismo que darnos por vencidos. Esto no es pasividad ni soportar lo ‘negativo.’
Esto no equivale a descuidar la esperanza de un mejor futuro. Aquí no hay ningún descuido. No se trata de un estancamiento. No es debilidad. Se trata de un verdadero coraje. De nuestra disposición a bajar el ritmo, a estar presentes, a beber toda la riqueza – la alegría y la tristeza, la duda y la creatividad – de esta presente escena.
La película aún no está escrita; se escribe a sí misma conforme avanzamos. Y al resistir la presente escena, estamos realmente resistiendo toda la película. La resistencia sólo genera resistencia.
A veces, el sentido que tiene discutir con la vida es que lleguemos hasta un punto en el que nos hartemos de discutir con la vida. Y que nos sumerjamos profundamente en el momento presente, descansando en su abrazo, confiando en todo, aceptando nuestras propias imperfecciones.
Y justo ahí es donde todo parece posible, y todo se siente vivo porque nosotros nos sentimos vivos, y sin miedo, y entonces, el verdadero cambio es posible. Tal vez lentamente, tal vez en una sola gran ola.
Pero ya hemos dejado de presionar. Estamos permitiendo que todo suceda. Estamos alineados finalmente, hemos dejado de formar parte del problema para convertirnos en la voz de una solución.
A veces tenemos que soltar nuestra intención de cambiar el momento para que éste cambie por sí mismo. – Jeff Foster
Claro, el ego no comprende los ancestrales misterios del cambio y el sanar. Éste realmente cree que – en las relaciones, en nuestra carrera, en las decisiones de vida, en los asuntos mundiales
– la paz sólo es posible a través de la guerra, que el cambio real sólo puede darse a través de odiar este momento y desear desesperadamente estar en otro lugar.
He aquí la paradoja del cambio. Cuando nos cansamos de la violencia interna, cuando dejamos de estar en guerra con cómo son las cosas en este momento, cuando dejamos de discutir con la escena presente de la película de nuestras vidas, descansamos.
Y entonces, desde un lugar de paz y profunda conexión con el suelo del Ahora, nuevos horizontes se abren, posibilidades hasta ahora inexploradas se revelan.
Se establecen nuevas conexiones, surgen nuevas respuestas. Desde un lugar de ecuanimidad y aceptación, las cosas que antes parecían seguras ahora no parecen tan seguras, los obstáculos dejan de ser obstáculos, los obsoletos futuros comienzan a colapsar y los nuevos futuros se hacen posibles.
Las energías que parecían ser intolerables hace un momento ahora son admitidas, para moverse, para expresarse y liberar su poder creativo y sanador. Debido a que nuestros ojos están abiertos, nuevos detalles se hacen aparentes en la presente escena, detalles a los que nos habíamos vueltos ciegos ante nuestra prisa por conseguir “un mejor futuro”.
Desde un lugar de paz, podemos dar el siguiente paso muy fácilmente. Y a veces, el siguiente paso implica no dar ningún paso en absoluto, sino enamorarnos profundamente de este momento. Esto
NO es lo mismo que darnos por vencidos. Esto no es pasividad ni soportar lo ‘negativo.’
Esto no equivale a descuidar la esperanza de un mejor futuro. Aquí no hay ningún descuido. No se trata de un estancamiento. No es debilidad. Se trata de un verdadero coraje. De nuestra disposición a bajar el ritmo, a estar presentes, a beber toda la riqueza – la alegría y la tristeza, la duda y la creatividad – de esta presente escena.
La película aún no está escrita; se escribe a sí misma conforme avanzamos. Y al resistir la presente escena, estamos realmente resistiendo toda la película. La resistencia sólo genera resistencia.
A veces, el sentido que tiene discutir con la vida es que lleguemos hasta un punto en el que nos hartemos de discutir con la vida. Y que nos sumerjamos profundamente en el momento presente, descansando en su abrazo, confiando en todo, aceptando nuestras propias imperfecciones.
Y justo ahí es donde todo parece posible, y todo se siente vivo porque nosotros nos sentimos vivos, y sin miedo, y entonces, el verdadero cambio es posible. Tal vez lentamente, tal vez en una sola gran ola.
Pero ya hemos dejado de presionar. Estamos permitiendo que todo suceda. Estamos alineados finalmente, hemos dejado de formar parte del problema para convertirnos en la voz de una solución.
A veces tenemos que soltar nuestra intención de cambiar el momento para que éste cambie por sí mismo. – Jeff Foster