Quien
más quién menos hacemos nuestros pinitos en eso de ser espirituales.
Intentamos seguir los preceptos que vamos leyendo, nos permitimos
pequeños momentos al día para practicar meditación, yoga, respiración…
Y lo cierto es que nos sentimos mejor, más conectados… ¿ Pero por cuanto tiempo?
¿Cuánto tiempo transcurre entre los momentos en que decidimos poner consciencia y el momento en que nuestros pensamientos “conscientes” vuelven a adueñarse de la situación?
Y es en este juego semántico donde encontramos la clave para llevar una vida espiritual continuada. Se trata de ser “conscientes” de que debemos aplicar la Conciencia a cada acto cotidiano desde el compromiso con uno mismo de no dejarse llevar por patrones aprendidos.
¿Cómo convertimos nuestra vida cotidiana en una vida espiritual?
Viviendo en paz, en armonía y calma interior.
Comienza tu día en paz, sin apuros. Por la mañana, si debes despertarte a una hora determinada, pon el reloj diez minutos antes.
Abre los ojos de forma consiente, tranquila, dale permiso y tiempo a tu alma a que se haga presente en tu día.
Agradece que estás vivo, que un día nuevo se abre y cosas inesperadas y bellas sucederán. Luego levántate y no pierdas esta conexión.
Haz todo tranquilo, paso a paso. Toca el agua, el pan, mira tu casa, el sol, la mañana, y respira profundo. Respira la vida. Cuantas bendiciones vives y vivirás!.
Camina conscientemente. Saluda a tus hijos, amigos, vecinos, compañeros de trabajo de forma amorosa y consiente. Mira con amor a tu alrededor. Transfórmalo todo en un ejercicio espiritual. Esto es poner conciencia cada día.
Comunícate con la Divinidad a través de las cosas que tocas, de la comida que te nutre, de la mirada de las personas que te rodean, de la sonrisa de un niño o del perfume de una flor. Comunícate contigo mismo siendo consiente de tu vida, transformándolo todo en bendición.
Muchas personas se sienten encerradas, presas de sus trabajos o de alguna situación vital. Muchas otras también, viven en una monotonía constante, sintiéndose apagadas y tristes.
Todo puede transformarse. Somos capaces de cambiar cualquier situación que vivamos. No hay algo en nuestra vida que no tengamos el poder para cambiar. Si estaríamos obligados a vivir algo por no tener la capacidad de cambiarlo, sería injusto, no sería equilibrado.
Si estamos viviendo cotidianamente algo que no nos hace feliz, que no nos da plenitud, somos responsables de ello. Es ahora el momento de ser felices, no será mañana luego de que finalice algo, o un hecho esperado suceda, o cuando llegue una fecha esperada. Es ahora el momento. Si quieres comenzar a vivir en plenitud, comienza ahora. Date la oportunidad de cambiar, dale espacio al cambio.
Cuando estamos abiertos a lo nuevo, bendiciones aparecen. Conocemos nuevas personas, nos hacemos nuevos amigos, aparecen nuevas oportunidades laborales. Los problemas comienzan a resolverse.
No cierres tu puerta a esto, ponle conciencia a tu vida, a tu situación actual. Comienza sintiendo posible un cambio. Deshazte de la monotonía y las respuestas mecánicas. Obsérvate. ¿Quieres cambiar? ¿Quieres transformar tu vida?.
A menudo sucede que las personas están tan aferradas e identificadas con sus problemas y conflictos que terminan necesitándolos. ¿De que hablarán si no hablan de sus problemas? ¿Que harán en el tiempo que antes ocupaban quejándose de ellos?.
Lamentablemente muchas personas se han hecho tan adictas a sus problemas que no permiten que el cambio suceda. Inconscientemente buscan mantenerlos, incluso a veces crean situaciones que alimentan y reafirman lo desdichados que son.
Rompe con esos patrones. Mereces ser Feliz. Abre los ojos al mundo. Deja entrar la Luz a tu vida.
Si nos permitimos cambiar, o simplemente ver una posibilidad de cambio, le estamos enviando al Universo un mensaje. Le estamos diciendo: “¡Si, ayúdame, ofréceme eso que necesito para ser feliz!”. Llegará. No será un milagro, será la realidad creada por ti mismo, creada por tu conciencia.
Vive día a día espiritualmente. Haz actividades que nutran tu alma.
¿Alguna vez has amasado el pan? ¿Le has dado de comer a los pájaros? ¿Te has sentado sobre las raíces de un gran árbol? ¿Te has regalado un libro? ¿Te has dado un tiempo de silencio y contemplación?.
Es ahora el momento. Haz eso que quieres. Y si quieres algo que crees no tener las herramientas para conseguirlo, deja el espacio libre para que el Universo se encargue de enviártelo.
La Energía Divina se realiza en nosotros. Si nos expandimos el Universo se expande. Si somos felices, si vivimos conscientemente cada paso, la tierra se Sana. La tierra se espiritualiza.
Convierte tu vida en una bendición, se un ejemplo para aquellos que necesitan aprender a vivir de este modo también. Verás todo lo que el universo tiene para ti. No te limites, vive una vida mágica y agradece por ello.
Y lo cierto es que nos sentimos mejor, más conectados… ¿ Pero por cuanto tiempo?
¿Cuánto tiempo transcurre entre los momentos en que decidimos poner consciencia y el momento en que nuestros pensamientos “conscientes” vuelven a adueñarse de la situación?
Y es en este juego semántico donde encontramos la clave para llevar una vida espiritual continuada. Se trata de ser “conscientes” de que debemos aplicar la Conciencia a cada acto cotidiano desde el compromiso con uno mismo de no dejarse llevar por patrones aprendidos.
¿Cómo convertimos nuestra vida cotidiana en una vida espiritual?
Viviendo en paz, en armonía y calma interior.
Comienza tu día en paz, sin apuros. Por la mañana, si debes despertarte a una hora determinada, pon el reloj diez minutos antes.
Abre los ojos de forma consiente, tranquila, dale permiso y tiempo a tu alma a que se haga presente en tu día.
Agradece que estás vivo, que un día nuevo se abre y cosas inesperadas y bellas sucederán. Luego levántate y no pierdas esta conexión.
Haz todo tranquilo, paso a paso. Toca el agua, el pan, mira tu casa, el sol, la mañana, y respira profundo. Respira la vida. Cuantas bendiciones vives y vivirás!.
Camina conscientemente. Saluda a tus hijos, amigos, vecinos, compañeros de trabajo de forma amorosa y consiente. Mira con amor a tu alrededor. Transfórmalo todo en un ejercicio espiritual. Esto es poner conciencia cada día.
Comunícate con la Divinidad a través de las cosas que tocas, de la comida que te nutre, de la mirada de las personas que te rodean, de la sonrisa de un niño o del perfume de una flor. Comunícate contigo mismo siendo consiente de tu vida, transformándolo todo en bendición.
Muchas personas se sienten encerradas, presas de sus trabajos o de alguna situación vital. Muchas otras también, viven en una monotonía constante, sintiéndose apagadas y tristes.
Todo puede transformarse. Somos capaces de cambiar cualquier situación que vivamos. No hay algo en nuestra vida que no tengamos el poder para cambiar. Si estaríamos obligados a vivir algo por no tener la capacidad de cambiarlo, sería injusto, no sería equilibrado.
Si estamos viviendo cotidianamente algo que no nos hace feliz, que no nos da plenitud, somos responsables de ello. Es ahora el momento de ser felices, no será mañana luego de que finalice algo, o un hecho esperado suceda, o cuando llegue una fecha esperada. Es ahora el momento. Si quieres comenzar a vivir en plenitud, comienza ahora. Date la oportunidad de cambiar, dale espacio al cambio.
Cuando estamos abiertos a lo nuevo, bendiciones aparecen. Conocemos nuevas personas, nos hacemos nuevos amigos, aparecen nuevas oportunidades laborales. Los problemas comienzan a resolverse.
No cierres tu puerta a esto, ponle conciencia a tu vida, a tu situación actual. Comienza sintiendo posible un cambio. Deshazte de la monotonía y las respuestas mecánicas. Obsérvate. ¿Quieres cambiar? ¿Quieres transformar tu vida?.
A menudo sucede que las personas están tan aferradas e identificadas con sus problemas y conflictos que terminan necesitándolos. ¿De que hablarán si no hablan de sus problemas? ¿Que harán en el tiempo que antes ocupaban quejándose de ellos?.
Lamentablemente muchas personas se han hecho tan adictas a sus problemas que no permiten que el cambio suceda. Inconscientemente buscan mantenerlos, incluso a veces crean situaciones que alimentan y reafirman lo desdichados que son.
Rompe con esos patrones. Mereces ser Feliz. Abre los ojos al mundo. Deja entrar la Luz a tu vida.
Si nos permitimos cambiar, o simplemente ver una posibilidad de cambio, le estamos enviando al Universo un mensaje. Le estamos diciendo: “¡Si, ayúdame, ofréceme eso que necesito para ser feliz!”. Llegará. No será un milagro, será la realidad creada por ti mismo, creada por tu conciencia.
Vive día a día espiritualmente. Haz actividades que nutran tu alma.
¿Alguna vez has amasado el pan? ¿Le has dado de comer a los pájaros? ¿Te has sentado sobre las raíces de un gran árbol? ¿Te has regalado un libro? ¿Te has dado un tiempo de silencio y contemplación?.
Es ahora el momento. Haz eso que quieres. Y si quieres algo que crees no tener las herramientas para conseguirlo, deja el espacio libre para que el Universo se encargue de enviártelo.
La Energía Divina se realiza en nosotros. Si nos expandimos el Universo se expande. Si somos felices, si vivimos conscientemente cada paso, la tierra se Sana. La tierra se espiritualiza.
Convierte tu vida en una bendición, se un ejemplo para aquellos que necesitan aprender a vivir de este modo también. Verás todo lo que el universo tiene para ti. No te limites, vive una vida mágica y agradece por ello.