La
falta de Merecimiento es uno de los Karmas más comunes a sanar en la
Humanidad, bien sea por un uso malentendido de las religiones, o por una
actitud social de no destacar, lo cierto es que nos cuesta mucho
sanarlo.
Además de no ser cierto, ya que por el simple hecho de haber nacido merecemos llevar la mejor vida posible, esta creencia limitante, que en muchas ocasiones permanece oculta, nos acarrea muchos problemas.
Veamos lo que nos dice Louise Hay al respecto:
Si no aceptamos la idea de que “merecemos” prosperar, entonces, aun cuando los dones nos lluevan, encontraremos la manera de rechazarlos.
Por ejemplo: Un alumno mío estaba trabajando para aumentar su prosperidad, y una noche llegó a clase emocionadísimo porque acababa de ganar quinientos dólares. —¡No me lo puedo creer! —repetía—. ¡Si yo jamás gano nada! Todos sabíamos que aquello era el reflejo de un cambio en su conciencia, pero él seguía sintiendo que en realidad no se lo merecía.
La semana siguiente no pudo venir a clase porque se había roto una pierna. Las facturas por atención médica ascendieron a quinientos dólares. Como había tenido miedo de “avanzar” por una nueva “senda de prosperidad”, y sentía que eso no era mérito suyo, se había castigado de aquella manera.
Aquello en lo que usted se concentre es lo que aumenta, de modo que no se concentre en las cuentas que tiene que pagar. Si se concentra en la estrechez y en las deudas, generará más estrechez y más deudas.
En el Universo hay una provisión inagotable, empiece a darse cuenta de eso. Tómese su tiempo para contar las estrellas en una noche despejada, o los granos de arena que caben en un puñado, las hojas que hay en una rama de árbol, las gotas de lluvia que resbalan por el cristal de la ventana o las semillas de tomate.
Cada semilla es capaz de producir una planta completa, con una infinidad de tomates.
Agradezca lo que tiene, y ya verá cómo aumenta. A mí me gusta bendecir con amor todo lo que hay actualmente en mi vida: mi hogar, la calefacción, el agua, la luz, el teléfono, los muebles, las cañerías, los diversos utensilios, la ropa, el coche, mi trabajo…, el dinero que tengo, los amigos, mi capacidad para ver, sentir, saborear, tocar, caminar y disfrutar de este planeta increíble.
Lo único que nos limita es nuestra propia creencia en las carencias y imitaciones. A usted, ¿qué creencia lo está limitando?
Si quiere tener dinero sólo para ayudar a otros, entonces está diciendo que usted no se lo merece. Asegúrese de que no está rechazando la prosperidad. Si un amigo lo invita a almorzar o a cenar, acepte jubilosamente, con placer. No sienta que lo único que hace es un “intercambio” con la gente.
Si le regalan algo, acéptelo con señorial agradecimiento. Si es algo que no puede usar, déselo a alguien. Déjese actuar como un canal por donde circulan las cosas. Limítese a sonreír y a dar las gracias. De esa manera hará que el Universo sepa que está en disposición de recibir sus bienes.”
Extraído del libro: “Usted puede sanar su vida” de Louise Hay.
TRATAMIENTO DE MERECIMIENTO:
Este ejercicio debe ser realizado por las personas durante siete días de la semana, únicamente deben grabarse en su mente y repetirlo durante los siete días, si algún día no lo hicieron o practicaron, deberán volver a empezar por siete días.
No deben comunicar a nadie para que la fuerza y voluntad se mantenga y aumente.
Lo único que tienen que hacer es repetir al levantarse y al acostarse en voz alta la afirmación, y durante todo el día repetir mentalmente el siguiente decreto:
“YO _________(nombres y apellidos completos) me merezco todo lo bueno. En mi mente tengo libertad absoluta.
YO _________(nombres y apellidos completos) Ahora entro a un nuevo espacio en la conciencia, en donde me veo de forma diferente. Estoy creando nuevos pensamientos acerca de mi ser y de mi vida. Mi nueva forma de pensar se convierte en nuevas experiencias.
Ahora sé y afirmo que formo una unidad con el Próspero Poder del Universo. Y por lo tanto recibo multitud de bienes. La totalidad de las posibilidades está ante mi.
Merezco la vida, una vida buena.
Merezco el amor, abundante amor.
Merezco la salud.
Merezco vivir cómodamente y prosperar.
Merezco la alegría y la felicidad.
Merezco la libertad, la libertad de ser todo lo que puedo ser.
Merezco muchas cosas más que todo eso: merezco todo lo bueno.
El Universo está más que dispuesto a manifestar mis nuevas creencias y yo acepto la abundancia de esta vida con alegría, placer y gratitud. Porque me lo merezco, lo acepto y sé que es verdad. Así Es. Gracias, gracias, gracias Amado Universo!.”
Además de no ser cierto, ya que por el simple hecho de haber nacido merecemos llevar la mejor vida posible, esta creencia limitante, que en muchas ocasiones permanece oculta, nos acarrea muchos problemas.
Veamos lo que nos dice Louise Hay al respecto:
Si no aceptamos la idea de que “merecemos” prosperar, entonces, aun cuando los dones nos lluevan, encontraremos la manera de rechazarlos.
Por ejemplo: Un alumno mío estaba trabajando para aumentar su prosperidad, y una noche llegó a clase emocionadísimo porque acababa de ganar quinientos dólares. —¡No me lo puedo creer! —repetía—. ¡Si yo jamás gano nada! Todos sabíamos que aquello era el reflejo de un cambio en su conciencia, pero él seguía sintiendo que en realidad no se lo merecía.
La semana siguiente no pudo venir a clase porque se había roto una pierna. Las facturas por atención médica ascendieron a quinientos dólares. Como había tenido miedo de “avanzar” por una nueva “senda de prosperidad”, y sentía que eso no era mérito suyo, se había castigado de aquella manera.
Aquello en lo que usted se concentre es lo que aumenta, de modo que no se concentre en las cuentas que tiene que pagar. Si se concentra en la estrechez y en las deudas, generará más estrechez y más deudas.
En el Universo hay una provisión inagotable, empiece a darse cuenta de eso. Tómese su tiempo para contar las estrellas en una noche despejada, o los granos de arena que caben en un puñado, las hojas que hay en una rama de árbol, las gotas de lluvia que resbalan por el cristal de la ventana o las semillas de tomate.
Cada semilla es capaz de producir una planta completa, con una infinidad de tomates.
Agradezca lo que tiene, y ya verá cómo aumenta. A mí me gusta bendecir con amor todo lo que hay actualmente en mi vida: mi hogar, la calefacción, el agua, la luz, el teléfono, los muebles, las cañerías, los diversos utensilios, la ropa, el coche, mi trabajo…, el dinero que tengo, los amigos, mi capacidad para ver, sentir, saborear, tocar, caminar y disfrutar de este planeta increíble.
Lo único que nos limita es nuestra propia creencia en las carencias y imitaciones. A usted, ¿qué creencia lo está limitando?
Si quiere tener dinero sólo para ayudar a otros, entonces está diciendo que usted no se lo merece. Asegúrese de que no está rechazando la prosperidad. Si un amigo lo invita a almorzar o a cenar, acepte jubilosamente, con placer. No sienta que lo único que hace es un “intercambio” con la gente.
Si le regalan algo, acéptelo con señorial agradecimiento. Si es algo que no puede usar, déselo a alguien. Déjese actuar como un canal por donde circulan las cosas. Limítese a sonreír y a dar las gracias. De esa manera hará que el Universo sepa que está en disposición de recibir sus bienes.”
Extraído del libro: “Usted puede sanar su vida” de Louise Hay.
TRATAMIENTO DE MERECIMIENTO:
Este ejercicio debe ser realizado por las personas durante siete días de la semana, únicamente deben grabarse en su mente y repetirlo durante los siete días, si algún día no lo hicieron o practicaron, deberán volver a empezar por siete días.
No deben comunicar a nadie para que la fuerza y voluntad se mantenga y aumente.
Lo único que tienen que hacer es repetir al levantarse y al acostarse en voz alta la afirmación, y durante todo el día repetir mentalmente el siguiente decreto:
“YO _________(nombres y apellidos completos) me merezco todo lo bueno. En mi mente tengo libertad absoluta.
YO _________(nombres y apellidos completos) Ahora entro a un nuevo espacio en la conciencia, en donde me veo de forma diferente. Estoy creando nuevos pensamientos acerca de mi ser y de mi vida. Mi nueva forma de pensar se convierte en nuevas experiencias.
Ahora sé y afirmo que formo una unidad con el Próspero Poder del Universo. Y por lo tanto recibo multitud de bienes. La totalidad de las posibilidades está ante mi.
Merezco la vida, una vida buena.
Merezco el amor, abundante amor.
Merezco la salud.
Merezco vivir cómodamente y prosperar.
Merezco la alegría y la felicidad.
Merezco la libertad, la libertad de ser todo lo que puedo ser.
Merezco muchas cosas más que todo eso: merezco todo lo bueno.
El Universo está más que dispuesto a manifestar mis nuevas creencias y yo acepto la abundancia de esta vida con alegría, placer y gratitud. Porque me lo merezco, lo acepto y sé que es verdad. Así Es. Gracias, gracias, gracias Amado Universo!.”