La energía de nuestros hábitos es a menudo más fuerte que nuestra
voluntad. Decimos y hacemos cosas que no deseamos, y más tarde nos
arrepentimos. Nos causamos sufrimiento a nosotros mismos y a los demás.
Nos prometemos no volverlo a hacer pero reincidimos nuevamente.Necesitamos la energía de la plena consciencia para reconocer y estar
atentos a la energía de nuestros hábitos en el momento en que se
manifiesta.
La consciencia nos permitirá evitar que los hábitos nos dominen.
1. La primera función de la meditación es Detener.
Bebemos una taza de té pero no somos concientes de que la estamos bebiendo. Nos sentamos junto a la persona que amamos pero olvidamos que está allí. En lugar de vivir el momento estamos en otro sitio, pensando en el pasado o en el futuro.
Debemos iluminar con la luz de la consciencia todo cuanto hagamos para que la oscuridad que provoca la falta de atención desaparezca.
1. La primera función de la meditación es Detener.
Bebemos una taza de té pero no somos concientes de que la estamos bebiendo. Nos sentamos junto a la persona que amamos pero olvidamos que está allí. En lugar de vivir el momento estamos en otro sitio, pensando en el pasado o en el futuro.
Debemos iluminar con la luz de la consciencia todo cuanto hagamos para que la oscuridad que provoca la falta de atención desaparezca.
2. La segunda función de la meditación es Serenar. Cuando experimentamos una fuerte emoción, sabemos que puede ser
peligroso actuar, pero no tenemos la fuerza ni la claridad suficientes
para evitar hacerlo. Debemos aprender el arte de inspirar y espirar
serenando nuestras emociones. Debemos ser sólidos y estables como un
roble, a cual la tormenta no puede llevarlo de un lado al otro.